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Kim Kardashian declara en París por el robo que sufrió en 2016: "Estaba convencida de que me iban a disparar"

  • El juicio ha suscitado un enorme interés mediático y ha necesitado de un dispositivo estricto de seguridad en el centro de París

  • En el banquillo de los acusados se sientan nueve hombres y una mujer, miembros de "la banda de los abuelos"

RTVE.es
5 min.

La celebrity estadounidense Kim Kardashian ha comenzado a testificar este martes en el juicio que se desarrolla en París contra los presuntos autores del atraco y secuestro que sufrió en 2016 cuando varios atacantes la maniataron para robarle joyas valoradas en uno 10 millones de dólares.

Los sospechosos están acusados de atar a la multimillonaria con bridas y cinta adhesiva antes de huir con las joyas, incluyendo un anillo de compromiso de cuatro millones de dólares que le regaló su entonces esposo, el rapero Kanye West (ahora conocido como Ye). El robo, considerado uno de los más impactantes en Francia en las últimas dos décadas, ocurrió en la madrugada del 3 de octubre, cuando cinco individuos irrumpieron en su habitación, la inmovilizaron y huyeron en bicicleta.

"Eran alrededor de las tres de la mañana. Escuché pisadas subiendo las escaleras cuando estaba en la cama. No dejaba de llamar a mi hermana y a una de mis mejores amigas, pero nadie me contestaba. Y en mi habitación entraron unos policías, o supuse que eran policías porque llevaban uniformes de policía", ha relatado la estrella de televisión. "Estaba convencida de que me iban a disparar, de que todo había terminado", ha dicho entre lágrimas.

Según ha relatado, en un momento temió ser violada cuando los ladrones la tiraron sobre la cama y uno de ellos le agarró la pierna. "Pero terminó atándome y me cerró las piernas", ha contado.

Un robo con enorme interés mediático

Este juicio ha suscitado un enorme interés mediático y ha necesitado un dispositivo estricto de seguridad en el histórico Palacio de Justicia del centro de París. Además de los 400 periodistas acreditados, la autoridad judicial ha establecido zonas para las cámaras que grabarán la entrada y la salida de Kim Kardashian a la histórica sala Voltaire, dedicada para los grandes juicios. En los procesos judiciales en Francia no se pueden grabar ni imágenes ni sonido y por eso solo un puñado de reporteros podrán ver directamente a la estrella dentro de la estancia. El resto tendrá que seguir el juicio en una sala de escucha a distancia.

En el banquillo de los acusados se sientan nueve hombres y una mujer, todos en libertad bajo control judicial, como presuntos miembros del grupo que tramó y ejecutó el asalto en la madrugada del 3 de octubre de 2016 durante la Semana de la Moda de París. Los han apodado como "la banda de los abuelos" porque buena parte de ellos tienen más de 70 años y un extenso historial delictivo con largos años de prisión a sus espaldas.

Uno de los sospechosos es Yunice Abbas, de 71 años. Él declaró a la prensa francesa que quienes participaron en el robo desconocían la identidad de Kardashian. "No era ella, era su diamante lo que buscábamos", declaró Abbas a C8 TV hace unos años. Abbas admitió su participación en el robo y, de hecho, escribió un libro sobre ello.

La versión concuerda con la de Kardashian. "No paraban de decir el anillo, el anillo", dijo la estrella de televisión en una entrevista en 2020. "Pensé que iba a morir, me estaba preparando para el momento en que me dispararían y me matarían", dijo la estrella. "Esos 10 minutos realmente cambiaron mi vida por completo".

Aomar Ait Khedache, considerado cabecilla de la operación, reconoció haber sido uno de los miembros del comando que subió armado hasta la habitación de la víctima para amenazarla y robarle las joyas. Apodado como "Omar el Viejo" se enfrenta a una posible cadena perpetua. Su abogado, Frank Berton, declaró el mes pasado que esperaba que el hecho de que Kardashian sea una estrella mundial no afectara el juicio.

Entre los acusados figura uno de los hijos de Khedache y también otra pareja padre-hijo: los Boyer. El pequeño, Marc-Alexandre, es, según los investigadores, el segundo ladrón que a punta de pistola amordazó y e inmovilizó a Kardashian atándola con unas bridas antes de llevarse el botín.

Kardashian ha aceptado las excusas de Khedache en la audiencia de este martes por haber participado en el atraco, pero ha puntualizado que eso no borra el trauma que sufrió, que le ha trastocado su vida y la de su familia.

El juicio se prolongará hasta el próximo 23 de mayo, cuando se conocerá la sentencia.

"Kim seguía gritando, podía oír el terror en su voz"

Durante la mañana de este martes, el Tribunal de lo Penal ha escuchado el testimonio de su estilista Simone Bretter, quien se escondió en el baño y dio la voz de alarma. En 2016, la mujer llegó a París con Kardashian "para vestirla" durante la Semana de la Moda. La noche del 2 al 3 de octubre se acostó alrededor de la medianoche en la planta baja del dúplex en el que se alojaba la celebrity. Desde su dormitorio, escuchó a "Kim riendo" con amigos en la sala de estar, y se quedó dormida con ese ruido de fondo.

"No solo fui empleada de Kim Kardashian, somos amigas desde pequeñas", ha explicado Bretter. Cuando un ruido la despierta alrededor de las 3 de la madrugada, supo inmediatamente que había un problema. "Era un sonido que nunca le había oído a Kim. Era terrorífico", ha descrito, a la vez que ha recordado: "Escuché: Tengo bebés y necesito vivir. ¡Que me lo quiten todo, déjenme vivir!"

Aterrorizada por la vida de su amiga y la suya propia, Simone Bretter huyó a su baño, cerró la puerta con llave, se escondió en la ducha y le envió un mensaje de texto a la hermana mayor de Kim, Kourtney Kardashian, y a su guardaespaldas. Arriba, escuchó "hombres gritando", "Kim seguía gritando, podía oír el terror en su voz". Luego "pasos bajando las escaleras". Pero los delincuentes, que vieron que el guardaespaldas intentaba contactar con Kim Kardashian, huyeron.

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