La Policía Nacional ha detenido a 14 personas acusadas de formar parte de una red criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres en pisos prostíbulos en las provincias de Barcelona, Sevilla y Las Palmas, que ya han sido clausurados.
Las afectadas eran captadas para trabajar en España mediante ofertas ficticias publicadas en Internet. Por el traslado adquirían una deuda —de 4.000 euros—, que tenían que saldar ejerciendo la prostitución las 24 horas del día, siete días a la semana, según ha informado la Policía Nacional.
El entramado también contaba con un piso utilizado como call center para la recepción de llamadas de los clientes atendido por otras siete mujeres que también eran explotadas laboralmente.
Los beneficios de la organización se incrementaban con la venta de sustancias estupefacientes a los clientes. Se han detectado movimientos de dinero de más de 800.000 euros en los últimos cuatro años por parte del líder de la organización proveniente de las actividades ilícitas, tanto la explotación sexual como la venta de drogas en los prostíbulos.
En total hay 14 personas detenidas en las provincias de Barcelona (10), Sevilla (2) y Las Palmas (2), una de las cuales ha ingresado en prisión provisional, y cuatro mujeres han sido liberadas. Asimismo, cuatro pisos utilizados como prostíbulos han sido clausurados.
Ofertas de trabajo inexistentes
La organización criminal, a través de colaboradores residentes en los países de origen de las víctimas, captaba a mujeres jóvenes y atractivas que vivían en estado de necesidad mediante ofertas de empleo ficticias para trabajar en España.
Una vez persuadidas, eran trasladadas vía aérea hasta Madrid, donde eran informadas de su verdadera situación e iniciadas en el ejercicio de la prostitución para satisfacer la deuda adquirida por el traslado, que podía ascender hasta los 4.000 euros.
Las víctimas eran distribuidas entre los distintos pisos con los que contaba la organización en las distintas provincias, donde tenían que estar disponibles para los clientes las 24 horas al día, siete días a la semana, obteniendo solo el 50% de los beneficios generados.
Vejadas y amenazadas por los explotadores, eran forzadas a consumir drogas y sometidas a un estricto control que las obligaba a permanecer la mayor parte del día en los pisos, con salidas limitadas al exterior.
Prostitución y venta de drogas
Las mujeres debían convivir y dormir en esos mismos pisos donde ejercían la prostitución, hacinadas en condiciones insalubres en una única habitación repleta de colchones, sufriendo numerosos cortes de suministros esenciales como el de luz o agua, y sufragándose ellas mismas todos los gastos relacionados con la vida diaria.
La organización criminal también contaba con un inmueble habilitado como call center, donde hasta siete mujeres eran explotadas laboralmente en tareas de recepción de llamadas de los clientes que solicitaban los servicios sexuales de las otras víctimas de los explotadores.
El entramado incrementaba sus beneficios con la venta a los clientes de distintas sustancias estupefacientes --cocaína, tusi y anfetaminas-- así como medicamentos para la disfunción eréctil.
Un agente atiende a una víctima de prostitución EUROPA PRESS/POLICÍA NACIONAL
Durante la operación se ha llevado a cabo la entrada y registro de cinco domicilios en los que se ha intervenido joyas por valor de 30.000 euros, 4.530 euros en metálico, 35 gramos de cocaína, 337 gramos de anfetamina, 11 gramos de cannabis y 98 pastillas para la disfunción eréctil.