Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha lanzado una campaña de recaudación de fondos para poder evacuar a 10 periodistas afganas atrapadas en Pakistán y garantizar su traslado a España. Todas ellas huyeron de su país de origen en 2021 —tras la toma de Kabul por parte del régimen talibán— y ahora se enfrentan al riesgo de ser deportadas de vuelta, según advierte la ONG.
"Gracias al incansable trabajo de la periodista afgana y miembro de la junta directiva de RSF España, Khadija Amin, ella también refugiada, se ha logrado avanzar en este complejo proceso, pero se necesitan más recursos para culminar la operación", afirman desde RSF España, que desde 2021 ha evacuado a 18 periodistas y a sus familiares, lo que supone un total de 75 personas que ahora están refugiadas en España. También ha gestionado la evacuación de otras 23 (8 periodistas y 15 familiares) acogidas en otros países europeos.
La toma de Kabul trajo consigo la prácticamente completa erradicación del periodismo libre en Afganistán, advierten desde RSF. El 80% de las periodistas que trabajaban sobre el terreno han dejado la profesión, y las pocas que continúan ejerciéndola, "lo hacen bajo amenazas constantes, miedo y censura". En un país cuyo régimen se ceba especialmente con ellas, los medios dirigidos por mujeres han sido cerrados y sus voces han sido silenciadas.
"La represión es absoluta y cualquier acto de desobediencia puede costarles la vida", asegura un comunicado de RSF.
Desde RSF España piden "apoyo urgente" para desarrollar su labor y han establecido un sistema de donaciones a través de Bizum (al 01506) y a través de su web. Las contribuciones, aseguran, se destinarán únicamente a la evacuación de las reporteras. "Lograr que puedan salir de Pakistán es una oportunidad única, ya que las salidas se autorizan con cuentagotas, y las barreras administrativas y de seguridad son constantes", sostienen.
Según el informe sobre libertad de prensa elaborado por RSF en 2024, Afganistán se sitúa a la cola, solo por delante de Siria y Eritrea, y retrocede 26 posiciones con respecto al año anterior. En el último año, fueron asesinados tres periodistas en este país y al menos 25 fueron encarcelados.
Más de tres años del regreso del régimen talibán en Afganistán
El 15 de agosto de 2021, se produjo la caída de Kabul. Tras una semana de avances muy rápidos en la que se hicieron con el control de prácticamente todo el país, los talibanes entraron en la capital con el objetivo de instaurar un régimen que sigue en pie casi cuatro años después. Meses antes, en mayo de ese mismo año, tanto la OTAN como Estados Unidos iniciaron la fase final de la retirada de sus tropas tras 20 años de presencia militar.
Desde entonces, los talibanes gobiernan ejerciendo una dura represión que deja ejecuciones, torturas, encarcelaciones forzadas y desapariciones en un país donde ser mujer se ha convertido en un infierno. El hiyab —la prenda que cubre el rostro y el cuerpo de las mujeres— es obligatorio, no tienen derecho a la educación a partir de los 12 años y el sonido de su voz ha sido prohibido, lo que las aparta por completo de la vida pública.
En agosto de 2024, cuando se cumplían tres años de la llegada al poder de los talibanes, se habían producido en Afganistán 332 feminicidios, según un informe del proyecto Afghan Witness, del Centro de Información y Resiliencia (CIR). La investigación hace referencia a un "borrado sistemático" de la mujer y arroja que la violencia de género ocurrió de manera "frecuente y extendida" y afectó a al menos 840 mujeres y niñas.
Las mujeres tienen prohibido trabajar fuera de casa salvo en ámbitos y ocupaciones concretas, como la sanidad o la educación primaria, y el régimen talibán expandió el veto también para las trabajadoras de la ONU, lo que dificulta aún más el trabajo humanitario en un país que sufre las consecuencias de catástrofes naturales como terremotos, inundaciones y se enfrenta a una extensa sequía.