En una tendencia cada vez más acusada y muy visible en los Oscar de los últimos quince años: los biopics y las películas basadas en hechos reales copan las nominaciones de los premios de una industria audiovisual que persigue enganchar al espectador con hechos conocidos en mayor o menor grado. El efecto ha llegado a los Premios Goya con un récord en 2025: cuatro de las nominadas a mejor película (Segundo Premio, La estrella azul, El 47 y La infiltrada) son distintos acercamientos
En los Goya, la tendencia ya empezaba a notarse en las últimas ediciones: en 2023 fueron La sociedad de la nieve y Saben aquell; en 2022, As bestas y Modelo 77, en 2021 Maixabell y Mediterráneo, y en 2019 La trinchera infinita y Mientras dure la guerra.
Antes, solían ser un complemento solitario, como de las nominados, como Handia (2017), El hombre de las mil caras (2016) o Nadie quiere la noche (2015). Y, mirando más atrás, una absoluta rareza: en los años 90, solo Amantes, de Vicente Aranda, partía de un (truculento) suceso real.
Incluso mirando más allá de las nominadas a mejor película, este año se encuentran La virgen roja (9 nominaciones, incluida mejor dirección), Marco (5 nominaciones incluyendo dirección y actor protagonista), Soy Nevenka (4 nominaciones, incluida mejor actor), ¿Es el enemigo? La película de Gila (mejor actor revelación) e incluso Rock Bottom en mejor película de animación.
La infiltrada: rellenando los huecos confidenciales
La gran sorpresa de la taquilla de 2024 es la historia real de una protagonista sobre la que hay mucho que imaginar. Elena Tejada, la única mujer policía infiltrada en ETA pasó ocho años en el entorno de la banda terrorista y logró que dirigentes de la banda vivieran en su piso microfonado por la policía. Poco se sabe de ella, vive con una nueva identidad y los responsables de La infiltrada, con Arancha Echeverría no contactaron con una mujer (interpretada por Carolina Yuste) cuyo sacrificio, que continúa en modo de anonimato sobre su pasado, fue clave en una operación para desarticular el comando Donosti.
Otros personajes de La infiltrada sí tienen un rostro más definido. Luis Tosar es ‘el inhumano’, el policía a cargo de la operación secreta que lleva a la mujer policía al límite, y Echevarría pudo hablar con él y otros miembros del operativo Y Diego Anido da vida a un escalofriante Sergio Polo, uno de los miembros más violentos y peligroso de la banda, condenado a más de 110 años de cárcel.
Daniel Anido en 'La inflitrada' y el terrorista Sergio Polo. EFE
En ese sentido, y pese a su apariencia de thriller modélico, La infiltrada se ajusta en espíritu a la realidad. Según ha contado Echeverría, una licencia es el encuentro de la infiltrada con Txapote justo antes del asesinato del concejal del PP Gregorio Ordóñez en el casco viejo de San Sebastián, pero que sí recrea el encuentro un testigo real.
El 47, el homenaje dramático a Manolo Vital
La película de Marcel Barrena que homenajea al éxodo real que levantó el suburbio de Torre Baró en Barcelona retrata un referente real bien conocido: Manolo Vital, conductor de autobús municipal que desvió su vehículo para demostrar que la barriada no merecía seguir aislada.
Quizá para reforzar un arco dramático del personaje, Vital no aparece tan políticamente involucrado en la película como realmente lo era: pertenecía a CC.OO. y al PSUC (clandestinas durante la dictadura) y fue detenido en 1969 y 1974 por distintas acciones. Es decir, la película escamotea su perfil militante para mostrar el acto espontáneo de un hombre del pueblo.
Manolo Vital dona nom a la parada de bus de Torre Baró
Además, Vital tuvo un hijo y no una hija (Zoe Bonafonte en la película). Como añadido, que no forma parte de la película, Vital fue juzgado por el ‘secuestro’ del autobús, aunque nunca llegó a ser despedido
Segundo Premio, Los Planetas como hipótesis
En los Goya de Granada, la historia de la gran banda indie de la ciudad andaluza tiene un lugar privilegiado en las nominaciones. Fernando Navarro, autor del guion de Segundo Premio, abordó la historia de Los Planetas en modo El hombre que mató a Liberty Valance: cuando la leyenda se convierte en un hecho, imprime la leyenda. La película aborda desde varios puntos de vista la evolución de la banda en un momento clave asumiendo abiertamente que mucho de lo que se cuenta es pura especulación dramática.
La banda, fiel a su actitud pasota 100% rock and roll, no participó ni ayudó especialmente como fuente y, de hecho, no vio la película hasta que el propio equipo se la llevó al backstage antes de un concierto para que la visionasen. Las voces en off de los personajes de Jota o Florent, avisan y subrayan lo falso de lo auténtico, animando incluso a ver en Youtube una de las escenas recreadas: el concierto de la banda en el programa de TVE Apaga y vámonos, en 1994, en el que dejaron de tocar y cantar para denunciar el playback y el realizador se veía obligado a mostrar solo al público.
Pese a jugar con la leyenda hay muchas secuencias reales como la sobredosis de agua de Florent, pero es ficción en el núcleo sobre el que pivota: la relación del grupo con May Oliver, la bajista del grupo que abandonó la banda (y la música) y sigue siendo más enigmática que el propio grupo.
La estrella azul: al alma viva de Mauricio Aznar
“Antes tenía intuiciones sobre la existencia del alma, ahora tengo la certeza de que existe”. Javier Macipe ha puesto tanto en el retrato del músico Mauricio Aznar que expresa La estrella azul en términos metafísicos. Para Macipe, La estrella azul es más una película: es una obsesión sobre un artista que ha marcado su vida. Aunque La estrella azul es un acercamiento narrativamente original, que llega a romper la cuarta pared de la narración desnudando en propio proceso de creación de la película, su esencia es lo más fiel al espíritu del viaje del líder del grupo aragonés Más birras.
La película nació del ‘encargo’ de la madre del músico fallecido, que expresó a Macipe hace 10 años su deseo de que fuera él quien dirigiese una película sobra la vida de su hijo. La estrella azul muestra el viaje del músico al corazón de Argentina, la provincia de Santiago del Estero, en busca del músico Atahualpa Yupanqui, pero acaba conociendo a un maestro del folclore: Carlos Carabajal. El viaje del equipo se asemeja al de Aznar: no solo rodaron en Santiago, sino que intimaron con la familia Carvajal y Coti Carvajal, hermano menor del ya fallecido Carlos, interpreta a su hermano. En palabras de Macipe, “no es un biopic, sino la historia de un encuentro entre un rockabilly español y un maestro argentino”.
La película también es fiel al fallecimiento de Pedro Aznar y a la muerte del propio Mauricio, sucedida una semana después, aunque el propio dispositivo metanarrativo de la película apunte a una trascendencia del músico más allá de su vida.
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