La percepción del riesgo es baja y el acceso al alcohol, fácil. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA) en su último informe. Los datos son preocupantes. En España, el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida.
Hasta un 75% de los estudiantes de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol alguna vez, mientras que la cifra de los menores que han practicado el binge drinking (atracón de alcohol) durante el último mes es del 28,2%. Estos datos reflejan la alta prevalencia del consumo de alcohol en este grupo de edad, con una tendencia creciente entre las chicas.
El estudio, realizado por Luz M. León, Luisa M. López, Alberto Domínguez y Begoña Brime, con la colaboración de Noelia Llorens como experta técnica externa del OEDA, destaca que la práctica del botellón es común entre los adolescentes, con un 19,7% de los estudiantes de 14 a 18 años que admite haber participado en esta actividad en el último mes. Este comportamiento, junto con las borracheras autodeclaradas, supone un riesgo añadido para la salud y puede llevar al desarrollo de otras conductas peligrosas, como conducir bajo los efectos del alcohol o participar en peleas.
Normalización del consumo de alcohol
La percepción del riesgo asociado al consumo de alcohol es baja entre los jóvenes. Solo seis de cada diez estudiantes consideran que tomar cinco ó seis copas en un fin de semana puede causar problemas significativos. Esta normalización del consumo de alcohol puede ser tanto una causa como una consecuencia de su alta prevalencia.
Otro factor que facilita el consumo de alcohol entre los jóvenes es la facilidad de acceso a las bebidas alcohólicas. El 92,9% de los estudiantes no encuentra dificultades para conseguir alcohol, una situación que no ha cambiado en las últimas dos décadas. Esta accesibilidad, junto con la baja percepción del riesgo, contribuye a la extensión del consumo de alcohol entre los adolescentes.
Las chicas superan a los chicos
El informe también señala que el consumo de alcohol es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres en la población general de 15 a 64 años. Sin embargo, entre los jóvenes de 14 a 18 años, las chicas superan a los chicos en consumo de alcohol, una brecha que se ha ido ampliando en los últimos años.
En cuanto a los patrones de consumo intensivo, el 16,7% de la población general de entre 15 y 64 años reporta haber tenido borracheras en el último año, y el 15,4% ha practicado binge drinking. Estos comportamientos son más comunes entre los hombres y los jóvenes.
"No existe el consumo responsable"
La directora de innovación de Fad Juventud, Eulalia Alemany, ha sido clara en el 24 horas de RNE con respecto al problema social en torno al alcohol: "Los adolescentes hacen lo que ven. Imitan las conductas. El problema es que al tener una edad temprana y estar en pleno desarrollo tiene mucho más riesgo".
Alemany ha aludido por ello a la necesidad de leyes y de prevención. "No existe el consumo responsable. El mejor consumo es el no consumo porque, desde el principio, el alcohol perjudica a la salud, sobre todo si estamos delante de menores de edad", ha explicado a la vez que ha reconocido que "la sociedad española está lejos aún de ese pensamiento".
Sobre el anteproyecto de ley Alcohol y Menores, Alemany ha confiado en que "sirva para poner una alerta seria con respecto a que el consumo de alcohol es una droga muy perjudicial para la salud", y ha remarcado la importancia de la parte educativa que tiene esta ley. "Estamos poniendo en riesgo la salud de los más vulnerables", ha añadido.
El binge drinking, un atracón de alcohol
El binge drinking, o atracón de alcohol, es una práctica que consiste en ingerir una gran cantidad de alcohol en un período corto de tiempo. Es decir, se trata de beber lo más rápido posible para alcanzar la embriaguez. Generalmente se considera binge drinking el consumo de cinco o más bebidas estándar en un plazo de dos horas para hombres, y cuatro o más para mujeres.
El binge drinking conlleva numerosos riesgos para la salud, tanto a corto como a largo plazo. Entre los problemas más inmediatos están el aumento del riesgo de accidentes, incluyendo accidentes de tráfico; una mayor probabilidad de sufrir lesiones y violencia, la intoxicación alcohólica y, cómo es lógico, vómitos, deshidratación y pérdida del conocimiento.
Entre las consecuencias para la salud a medio y largo plazo se encuentran el aumento del riesgo de desarrollar dependencia al alcohol, los problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, las enfermedades del hígado, como la cirrosis, el cáncer y los problemas cardíacos.
Es más común entre los jóvenes porque estos suelen sentirse presionados por sus amigos, también por la búsqueda de nuevas sensaciones. Perciben el binge drinking como una forma de divertirse y experimentar al desconocer los riesgos asociados al consumo de alcohol.
Intervención temprana
Las políticas de prevención deben enfocarse no solo en los adolescentes, sino también en los estudiantes más jóvenes. Entre los estudiantes de 12 y 13 años, el 34,6% ha consumido alcohol alguna vez en su vida, y el 21,5% lo ha hecho en el último mes. Estos datos evidencian la necesidad de intervenciones tempranas para reducir el consumo de alcohol.
Finalmente, el informe subraya la importancia de aplicar nuevas herramientas, como el análisis de aguas residuales, para monitorear el consumo de alcohol en la población. Esta técnica permite estimar el consumo de alcohol y detectar tendencias a lo largo del tiempo, proporcionando información valiosa para la implementación de políticas de salud pública.
El consumo de alcohol en España sigue siendo un desafío importante, especialmente entre los jóvenes. La alta prevalencia, la baja percepción del riesgo y la facilidad de acceso al alcohol requieren una atención continua y medidas efectivas para reducir el consumo y sus consecuencias negativas.
Estas son algunas de las conclusiones de la "Monografía sobre alcohol 2024. Consumo y consecuencias" del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones publicado este jueves por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), que recopila los resultados de los estudios más recientes al respecto.