El 18,4% de los adolescentes españoles se sienten afectados por la violencia en su vida de pareja —como víctimas, como victimarios o ambas a la vez—. Esta es una de las principales conclusiones de la investigación Violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes, del Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GReVIA), de la Universidad de Barcelona, que se presenta este miércoles en el CaixaForum de Madrid.
La violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes se ejerce, principalmente, a través de tres acciones: el control, la agresión física y la sexual. Esta violencia puede afectar gravemente la salud mental y física de los jóvenes, así como a su desarrollo personal e integración social.
El control se refiere a limitar el contacto de la pareja con otras personas a partir, por ejemplo, del escrutinio del teléfono. La agresión física engloba las bofetadas, patadas y otros tipos de agresiones, mientras que la sexual se tipifica aparte como una relación íntima no deseada. El GReVIA ha trabajado con 4.004 adolescentes de entre 14 y 17 años.
El artículo liderado por los investigadores Noemí Pereda, Marta Codina y Diego A.Díaz-Faes no solo aborda la violencia en parejas adolescentes desde la perspectiva de las víctimas, sino que también estudia la posición de los que la perpetran, los victimarios. La tasa de prevalencia de victimización por violencia durante las relaciones de pareja entre adolescentes se sitúa en el 13,6% y mientras que la de perpetración está en el 4,8%.
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Qué es la violencia de control que afecta al 10%
Del estudio también se desprende que el 10,1% de los adolescentes españoles ha sido víctima de conductas de control en relaciones de pareja. La investigación define como "violencia de control" un comportamiento que limita la relación de la pareja con sus amigos, que impide a la pareja reunirse con otras personas o que le revisa el móvil.
“Esta forma de violencia está muy relacionada con una visión muy tradicional y patriarcal de lo que se supone que es el amor romántico“
La psicóloga y profesora de Victimología, Noemí Pereda, ha afirmado que la tasa de conductas de control que se ha obtenido en el estudio es "muy similar a la encontrada en otros estudios nacionales previos e incluso en otros estudios europeos: dichas conductas afectan a 1 de cada 10" jóvenes españoles.
Para Pereda esta forma de violencia vinculada a las conductas de control está "muy relacionada con una visión muy tradicional y patriarcal de lo que se supone que es el amor romántico, un modelo de relación en el que se interpreta el control como interés y respeto" por la pareja.
Las relaciones en las que chicos o chicas dicen que controlan a sus parejas "son temporales y el modelo del amor romántico desaparece con el paso del tiempo y nuevas relaciones", explica la experta. Sin embargo, ha añadido en algunos casos esta conducta de control puede escalar a otras formas de violencia más graves, como la violencia física o la sexual, por lo que pide "incidir a través de la educación sobre estas concepciones dañinas de las relaciones y el amor que coartan la libertad de los jóvenes y los instan a seguir un modelo de violencia".
Las chicas experimentan más la victimización
El informe constata que, si bien las chicas encuestadas reportan una mayor tasa como víctimas de conductas de control, también indican que controlan a sus parejas en mayor medida, y según Pereda, aunque pueda parecer contradictorio, se encuentra ya en trabajos previos por "el modelo educativo que ha primado en los últimos años respecto a la violencia en las parejas adolescentes y que ha generado que muchas chicas sean más sensibles a reportar estas conductas".
“Es probable que los chicos reporten menos sus conductas de perpetración a causa del mayor rechazo social“
Según Pereda, "es probable que los chicos reporten menos sus conductas de perpetración a causa del mayor rechazo social que reciben cuando dicen cometerlas".
Los investigadores concluyen que, aunque la evaluación de la violencia en las relaciones de pareja entre adolescentes es compleja, los resultados corroboran que la tasa de victimización entre los adolescentes es alta, sobre todo entre las chicas; y que la perpetración por tipo de violencia muestra que la violencia de control es la más prevalente en ambos sexos.