El Alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y la Seguridad, Josep Borrell, ha afirmado en una entrevista concedida a TVE desde Washington que "Ucrania necesita una ayuda que no puede esperar a las próxima elecciones" de Estados Unidos, previstas para noviembre de este año, y que no proporcionarla traerá consigo "consecuencias". El líder de la diplomacia europea ha asegurado que no se trata únicamente de la defensa de la independencia y la soberanía ucranianas, sino que "también es un problema de seguridad para Europa y EE.UU." Además, ha subrayado que Washington debería ejercer "más presión" sobre Israel para permitir la entrada de ayuda por vía terrestre a Gaza en una situación de "hambruna".
"No podemos esperar a que los americanos decidan quién va a ser su presidente", ha afirmado Borrell, indicando que eso es lo que espera el presidente ruso, Vladímir Putin, la llegada de un mandatario "más favorable a él". Pese a los esfuerzos de la UE, ha añadido, los Veintisiete no pueden "sustituir a EE.UU." y el envío de más ayuda a Kiev "no es algo que se pueda decidir a la vuelta del verano".
La oposición republicana en la Cámara de Representantes lleva meses bloqueando la aprobación de un nuevo paquete presupuestario solicitado por Biden para enviar más armas a Ucrania. El presupuesto de la Administración del actual mandatario para Ucrania ya se ha agotado, pero la Casa Blanca anunció el pasado martes un nuevo paquete de ayuda de 300 millones de dólares usando "ahorros" del Pentágono.
"He hecho lo posible para hacerles ver (a los republicanos) que no solo la libertad y la soberanía de Ucrania está en juego, les he pedido que imaginen lo que puede pasar si Kiev cae en manos de Putin, si instala un Estado títere, como el que ya tiene en Bielorrusia, o que el Ejercito ruso esté en Polonia y los Países Bajos", ha afirmado Borrell. "No estamos ayudando a Ucrania solo por generosidad, sino porque allí se juega nuestra seguridad y la de EE.UU.".
Washington "tiene que hacer más" frente a Israel
Al ser preguntado sobre el conflicto en Gaza y el papel de Washington, Borrell ha dicho que, aunque "EE.UU. hace presión sobre Netanyahu" cree que "tiene que hacer más" para que su Gobierno deje de impedir el acceso humanitario por vía terrestre a la Franja.
"Lanzar paracaídas está bien, pero no vamos a solucionar el problema así", ha defendido en referencia a los lanzamientos realizados por países como EE.UU. y Egipto. Esta iniciativa, de hecho, causó la muerte de cinco gazatíes la semana pasada, al caerles encima del edificio en el que se refugiaban un palé de ayuda humanitaria tras fallar el paracaídas.
También está previsto que este viernes llegue a costas gazatíes un barco de la ONG catalana Open Arms con 200 toneladas de comida para abrir el nuevo corredor marítimo de ayuda humanitaria, una iniciativa que, sin embargo, ha sido recibida con cierto escepticismo entre los palestinos, que recuerdan que la ayuda podría entrar por tierra y que ya tenían un puerto, destruido por Israel.
"Alguna relación tiene que haber entre la gente que sufre de hambruna y los que impiden que lleguen los alimentos", ha dicho Borrell al subrayar la grave situación que vive la población gazatí desde el inicio de la ofensiva. "Miles de centenares de personas mueren de desnutrición porque alguien en la frontera impide que llegue la ayuda, alguien del Gobierno de Israel", ha añadido.
Por ello, en su reunión con el secretario de Estado, Antony Blinken, le ha pedido que EE.UU. "pusiera límites" a las acciones de Tel Aviv, es Washington "quien tiene más capacidad de influir sobre lo que ocurre".
Desde el pasado 7 de octubre, han muerto en Gaza al menos 31.341 personas por los ataques israelíes, y unas 73.000 han resultado heridas, según el Ministerio de Sanidad de la Franja.