La joven que denunció al futbolista Dani Alves por agresión sexual en el lavabo de una discoteca ha ratificado su versión en el juicio, que ha comenzado este lunes en la Audiencia de Barcelona, mediante una declaración a puerta cerrada para preservar su intimidad.
Al comienzo del juicio, la defensa del futbolista, que pide su absolución porque niega la violación, ha tratado sin éxito de impedir que se iniciara la vista, al plantear a la sala que se han vulnerado los derechos del acusado por el "juicio paralelo" a que se ha visto sometido. Unas alegaciones que el tribunal ha rechazado, tras descartar cualquier "anomalía" en el derecho de defensa, aunque sí ha accedido a que el futbolista declare al final del juicio.
De esa forma, la primera en testificar en el juicio –que está previsto que se prolongue hasta el miércoles– ha sido la víctima, en un interrogatorio de poco más de una hora, el único a puerta cerrada y entre medidas para proteger su identidad y evitar su confrontación visual con Alves. El tribunal ha hecho salir de la sala al público, entre ellos a algunos familiares del jugador, así como a los periodistas que siguen el juicio.
Además, se ha grabado para que quede preservada como prueba y, para evitar que se pueda desvelar su identidad en caso de filtración, se ha hecho con voz e imagen distorsionadas.
Sus amigas corroboran su versión: "'No me van a creer', repetía"
En su declaración, ha mantenido ante la Audiencia el relato que ha sostenido a lo largo de la instrucción de la causa: que Alves la agredió sexualmente, con violencia y una actitud despectiva, en el estrecho baño del reservado de la discoteca.
La versión de la víctima ha sido corroborada, además, por las dos jóvenes que la acompañaban la noche del 30 de diciembre de 2022, quienes han declarado también en la vista celebrada este lunes.
Las testigos, una amiga y una prima de la víctima, han detallado que Alves las toqueteó con actitud "babosa" hasta hacerlas sentir "incómodas", aunque no se imaginaron que aquello pudiera derivar en una violación.
Ambas vieron que el futbolista entraba en la puerta que daba al baño –desconocían que era un aseo– y que su amiga lo hacía instantes después. Al cuarto de hora, salió Alves y, dos minutos más tarde, la víctima, con "mala cara" y urgiendo a sus acompañantes a marcharse a casa.
Según las amigas, la joven lloraba "desconsolada" y contaba que el futbolista le había hecho "mucho daño", pero inicialmente se resistía a denunciarlo mientras repetía: "Solo quiero irme a casa, no me van a creer".
La amiga también ha recordado cómo ella y su prima la alentaron a presentar una denuncia: "Le dijimos que tenía que denunciar esto. Ella solo decía 'Se van a pensar que esto lo hago por dinero'. Yo intentaba calmarla en todo momento porque ella se quería ir a casa. 'No me van a creer', repetía".
A preguntas de la Fiscalía, la joven ha precisado que en ningún momento vio a Alves tambaleándose, mientras que la prima ha afirmado que no olía a alcohol porque nadie bebía mucho en aquella zona.
Los camareros niegan que Alves estuviera bajo efectos del alcohol
Por otro lado, ha declarado un camarero que atendió a Alves y a las tres jóvenes en el reservado en el que se encontraban, quien ha reiterado ante el tribunal que el amigo del futbolista le pidió con un simple "gesto" que las invitara a tomar unas copas, oferta que primero rechazaron, para acabar aceptando después.
Tanto este como otro de los camareros que atendían a Alves han negado que el futbolista se comportara como si estuviera bajo los efectos del alcohol, una circunstancia que esgrime su defensa para beneficiarse de una atenuante que le permitiría rebajar su eventual condena.
Por su parte, el portero de la discoteca ha testificado que la víctima le dijo que había tenido un problema "con alguien importante". Ha detallado que el jugador, al salir del recinto, pasó a muy poca distancia de la víctima y sus dos amigas, mirando de frente, sin saludarlas.