El Ministerio de Transición Ecológica planea llevar agua en barco desde la planta desalinizadora de Puerto de Sagunto, en Valencia, hasta Barcelona para paliar la sequía que sufre esta Cataluña, donde más de 200 municipios están en emergencia desde el viernes.
Según ha confirmado fuentes de ambos gobiernos regionales a TVE, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Rivera, ya ha hablado con los dos Gobiernos y el plan se pondría en marcha en los próximos meses si no remite la situación de sequía, de modo que los primeros barcos podrían llegar a Cataluña en junio.
Este plan se abordará en la reunión que celebrarán este lunes en Barcelona Ribera y el consejero catalán de Acción Climática, David Mascort.
Mazón muestra su disposición
La Generalitat valenciana ha confirmado en un comunicado que la ministra de Transición Ecológica ha trasladado este mismo sábado al president, Carlos Mazón, la intención de llevar el agua desde la desalinizadora de Sagunto, gestionada por el ministerio, hasta Barcelona, donde ya están instaladas las infraestructuras necesarias para llevar a cabo la descarga.
Según el comunicado, la ministra Rivera ha garantizado que el aumento de la capacidad de la desaladora por encima del 15% no tiene ninguna afección para las necesidades de la provincia de Valencia.
Mazón ha afirmado que está a favor de la solidaridad hídrica entre regiones, una solidaridad, ha añadido, que "debe extenderse de manera oficial a toda España". El presidente valenciano ha mostrado su disposición a favor de que "el agua desalada tenga un uso prioritario y casi exclusivo para emergencias de consumo de boca, no para riego porque esto es muy perjudicial para nuestros cultivos y cítricos".
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Asimismo le ha planteado una reunión para abordar las necesidades hídricas de la Comunidad Valenciana en temas como los transvases o la emergencia de la Albufera.
Por último, según el texto, ha recordado el compromiso del Gobierno Valenciano para defender el derecho al agua "que necesita y merece la Comunitat Valenciana”.
Más de 200 municipios del sur de Girona y el área metropolitana de Barcelona, incluida la capital, están desde el viernes en estado de emergencia por la caída de las reservas de agua del sistema Ter-Llobregat por debajo del 16% de su capacidad, lo que implica restricciones para usos agrícolas, industriales, urbanos y recreativos.
En total, seis millones de habitantes, que se suman a los vecinos de las poblaciones de Tarragona y el norte de Girona, que ya terminaron el 2023 en emergencia.