En la aplicación de colaboración vecinal Nextdoor es conocido como Jordi Smith. Es el amigo de los inmigrantes que gestiona grupos de whatsapp donde comparte ofertas de empleo para los que tienen regularizada su situación y para los que están en ello. En la vida real es Jordi Ferré.
Este catalán, funcionario del Estado, lleva 33 años viviendo en el madrileño barrio de Carabanchel. Está convencido de que él ha venido a este mundo para ayudar a los demás. Y así se lo han reconocido los usuarios de Nextdoor. Primero presentándole como candidato y después votándole por delante del resto. Jordi Ferré es el Supervecino Solidario 2023.
La historia comienza en uno de los encuentros organizados por él mismo en esta aplicación para encontrarse con los vecinos de su barrio a tomar algo y conocerse. Ahí se encuentra con una persona que tiene un grupo de whatsapp con sus compatriotas colombianos a los que les envía ofertas de trabajo y tareas varias para ganar algo de dinero. Jordi le propone abrirlo a todas las nacionalidades. Dicho y hecho.
Tres horas diarias de altruísmo
Hoy son tres los grupos de personas en búsqueda de empleo que gestiona el Supervecino 2023. Uno para nacionales y gente con los papeles en regla, otro para gente con una situación administrativa irregular y un tercero, que ha arrancado en su Barcelona natal, y que gestiona con ayuda de su familia en Cataluña. En el primero tiene más de mil personas, en los otros dos ronda el medio millar.
Ferré dedica una media de tres horas al día a leer, seleccionar y enviar distintas ofertas de empleo a los distintos grupos atendiendo a las características que piden en cada anuncio. Algunos domingos puede llegar a echar siete horas en esta tarea, una jornada laboral. Y cuando le preguntamos por qué lo hace vuelve a repetir que él ha venido a este mundo para ayudar, que lo suyo es puro altruísmo.
De lo virtual, al encuentro mensual
Pero Jordi no se ha limitado a quedarse en lo virtual. El Supervecino 2023 organiza una vez al mes un encuentro real en un parque cerca de la Plaza Elíptica, un punto de encuentro muy habitual entre los inmigrantes que buscan empleo.
Suelen juntarse en torno a medio centenar de personas que se colocan en círculo y se presentan diciendo su nombre, su nacionalidad y aquello en lo que son buenos trabajando. De este modo se subdividen en pequeños grupos por habilidades.
Los de la construcción por un lado, los de la limpieza por otro, los de los cuidados de niños y mayores por otro... Y se autogestionan. Intercambian sus contactos y crean sus propios grupos específicos para compartir trabajos cuando les llegan ofertas en un momento en el que están ocupados.
Le hacemos a Jordi Ferré la pregunta del millón: ¿Qué tenemos que hacer para ser supervecinos, para ser un poco mejores, para ser más solidarios? Y sin perder la sonrisa enumera tres cosas: no esperar nada a cambio, escuchar al otro y, sobre todo, ser empático, tratar de meterse en la piel del otro. Así de sencillo. Así de complicado. Y siempre por las buenas.