⏳ Esta noticia se actualiza una vez a la semana, con los últimos datos del boletín hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica.
El año hidrológico 2023 concluye el 30 de septiembre, y lo hará dejando una situación hidrológica preocupante en gran parte de España, arrastrando los efectos de un 2022 muy seco y unas precipitaciones que este año también están por debajo de los valores normales. Pese a las tormentas de este mes de septiembre, los embalses peninsulares han visto menguar en la última semana su volumen de agua almacenada y se encuentran al 36,5% de su capacidad. Son tres décimas menos que la semana anterior, aunque cuatro puntos más que los registrados en las mismas fechas de 2022 (32,5%), y 13 puntos por debajo de la media de la última década (49,3%).
Por su parte, las presas destinadas a la producción de energía eléctrica han visto bajar su reserva de agua dos décimas respecto a la última semana, de forma que estos embalses se encuentran al 56% de su capacidad, bastante mejor que el año pasado en estas fechas (41,5%) pero igualmente por debajo de los valores medios de la última década (59,7%).
Pero lo más importante es que los embalses de uso consuntivo -aquellos cuyo fin es el consumo humano y la agricultura- se encuentran al 27,8%, según los datos del último informe semanal del Boletín Hidrológico, publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Son 0,2 puntos menos respecto a la última semana, en la que las reservas han bajado en 100 hectómetros cúbicos.
En definitiva, el volumen de agua en los embalses para el consumo humano alcanza los 10.734 hm³, aunque en la mayor parte de España hay mucha menos agua almacenada de lo que sería normal.
De esta manera, la reserva de agua para consumo se encuentra por debajo que en la misma fecha del año pasado (28,5%), y sigue muy lejos del nivel medio de la última década para esta época (44,6%). En suma, la situación de sequía prolongada afecta a cada vez más territorios.
Las cuencas que menos agua almacenan en relación con su capacidad son la del Guadalete-Barbate (16%), Guadalquivir (18,3%) y las cuencas internas de Cataluña (22,6%). Por el contrario, las que están en mejor situación relativa son, por lo general, las cuencas septentrionales, pero son también las que tienen menor capacidad: las de Cantábrico Oriental, Cantábrico Occidental y Galicia Costa.
Sigue leyendo para conocer al detalle la situación de los embalses en España.
La situación embalse a embalse
Los gráficos que se presentan a continuación recogen el estado y la evolución de las 16 cuencas hidrográficas peninsulares españolas, y de todos sus embalses, con los datos mes a mes desde 2012, recopilados por DatosRTVE del boletín hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
En España hay 372 embalses con una capacidad total de almacenamiento de 56.000 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, lo que supone aproximadamente el 50% del caudal fluvial del país.
Badajoz cuenta con el mayor embalse de España, el de La Serena, que es también el tercero más grande de Europa. Construido en 1989, tiene una capacidad de 3.219 hm³, lo que significa que podría almacenar 3,21 billones de litros de agua. Este volumen podría cubrir las necesidades de la región de Extremadura durante más de 30 años.
El segundo más grande también se encuentra en Extremadura, el de Alcántara, en Cáceres (3.160 hm³), construido en 1969. En total, nueve embalses superan los 1.000 hectómetros cúbicos de capacidad: los dos citados, y los de Almendra (en la provincia de Salamanca, con la presa más alta de España, 202 metros), Buendía, Mequinenza, Cijara, Valdecañas, Ricobayo y Alarcón. El más pequeño de España es el de Rioseco, en el curso del río Nalón, en Asturias, con una capacidad de 4 hectómetros cúbicos.
Entre los embalses que muy a menudo aparecerán vacíos en este listado está el de Valdeinfierno, en la cuenca del Segura, que se construyó en el siglo XVIII y cuya finalidad principal es retener el agua para el aprovechamiento del regadío y para proteger a las poblaciones de las crecidas del río Luchena, igual que la presa de Algar respecto a las crecidas del río Palancia, en Valencia.
En el siguiente mapa se puede comparar la situación específica de los embalses de uso consuntivo con los datos disponibles al cierre del último mes. Los embalses que se encuentran señalados en color rojo se encuentran por debajo de la mitad de su capacidad total. En otra pestaña, se ofrece una vista diferente, que muestra para cada embalse su reserva actual respecto a la media de los últimos cinco años. La mayor parte de los embalses peninsulares para el consumo humano se encuentran en la actualidad en un nivel inferior que en el último lustro.
La evolución cuenca a cuenca
A continuación se puede analizar la evolución del nivel de agua embalsada en cada cuenca hidrográfica española desde 2012 y la comparación del porcentaje actual con el de la media de los últimos cinco años y la última década.
En conjunto, el nivel de agua embalsada en España se encuentra en valores mínimos en comparación con los últimos diez años, lo que expone a la población a situaciones de escasez de agua. Según la organización Greenpeace, el 70% de las cuencas hidrográficas en España presentan un nivel de estrés hídrico alto o severo.
Los niveles de en torno al 85% de capacidad que alcanzaron los embalses españoles en la primavera de 2013 o 2014 no se han repetido en la misma estación desde entonces, en un descenso que es más acusado en la vertiente Atlántica, donde están algunos de los principales ríos españoles y los que más han sufrido esta tendencia, en especial las cuencas de los ríos Guadiana, Guadalete-Barbate y el Guadalquivir.
Un 10% de precipitaciones menos de lo normal
El año hidrológico 2022-2023 acumula precipitaciones a la baja, siguiendo la estela del año anterior, que terminó siendo el tercero más seco desde que comenzaron los registros en España hace seis décadas. La primavera fue la más calurosa nunca registrada y, desde el punto de vista de las precipitaciones, la segunda más seca desde 1961 y el verano también ha sido el tercero más cálido de la historia, solo superado por los de 2022 y 2003.
Hasta el 19 de septiembre se había recogido un acumulado de precipitaciones un 10% menos de lo considerado normal, 556 litros por metro cuadrado de valor medio nacional, cuando lo esperable habría sido que se acumularan 620 litros por metro cuadrado, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Las cantidades acumuladas se encuentran por debajo de sus valores normales en la mayor parte de la Península y archipiélagos, salvo en la mitad oeste de Castilla y León junto con Soria, en La Rioja y mitad sur de Navarra, en las provincias de Madrid y Toledo y en la mitad occidental de Cuenca, en el levante que va desde Almería hasta el valle del Ebro, en las islas de Mallorca y Menorca y en la mitad sur de Tenerife.
Por el contrario, en varias zonas no se llega al 75% respecto de ese valor, como ocurre en zonas de los cuadrantes noreste y suroeste peninsulares, en zonas aisladas de Asturias, Cantabria y País Vasco y en la mayoría de las islas Canarias, sobre todo en las más orientales, salvo en La Palma y la mitad sur de Tenerife.
Sequía prolongada en el 26% de la península
Como consecuencia de lo anterior, el 25,8% de la superficie peninsular estaría en situación de sequía prolongada, según los últimos datos recopilados por el Ministerio de Transición Ecológica (Miteco), correspondientes al 31 de agosto.
En los últimos meses se ha producido un descenso de las unidades territoriales de sequía (UTS) en situación de sequía prolongada, que han pasado de 67 a 53, aunque más por un efecto estadístico de las lluvias que por una mejoría importante de la situación, según el último informe del Miteco. Estas zonas más afectadas por la falta de precipitaciones se encuentran sobre todo en las cuencas internas de Cataluña, en la cuenca del Duero y el este y sur de Andalucía. Otras zonas que sufren la sequía se encuentran en las cuencas del Guadiana y en el norte de Galicia.
Por otra parte, y según los datos del Miteco, el 42% del territorio se encuentra en situación de emergencia (14,6%) o alerta/excepcionalidad (27,4%) por escasez de agua, en especial en Cataluña, mitad norte de Aragón, sur de Extremadura y Castilla-La Mancha y casi en toda Andalucía. La escasez coyuntural de agua está relacionada con los posibles problemas de atención de las demandas, independientemente de la disponibilidad de recursos hídricos.
Aunque mayo fue un mes normal en cuanto a precipitaciones y las precipitaciones de junio permitieron mejorar la situación en el sureste peninsular, el año hidrológico está siendo seco. Entre las demarcaciones intercomunitarias la peor situación se encuentra en las cuencas del Guadalquivir, Guadiana y zonas de las cuencas del Ebro y Duero (que ha empeorado su situación en los últimos meses); y de las intracomunitarias, la situación más problemática está en las cuencas internas de Cataluña y Andalucía.
Sobre esta información
Para actualizar los datos principales que se reflejan en el texto de esta noticia se utilizan los ofrecidos por el Miteco desde su boletín semanal. No obstante, los gráficos utilizan la información disponible desde 1988, también suministrada por el organismo, "sujeta a revisión y validación", por lo que los datos podrían variar ligeramente.