Este martes empieza en Lisboa la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que presidirá el papa Francisco. Está previsto que asistan un millón de jóvenes, entre ellos, más de 80.000 peregrinos españoles. Muchos ya están allí.
Nunca antes Lisboa había celebrado un evento así. Miles de jóvenes llegan a la capital lusa para ver al papa. Y la ciudad ha hecho un gran esfuerzo para tener todo preparado. Los grandes escenarios y los no tan grandes.
Para el alcalde, Carlos Moedas, estas jornadas suponen poner a Lisboa en el centro del mundo y va a dejar un gran retorno ecónomico: "Si vienen gente durante siete días a Lisboa, siete días que gasten 30 euros al día, son 300, 350 euros en esos siete días multiplicado por un millón de personas que serán más de eso, estamos hablando de centenas de millones", augura.
El papa llega a Lisboa el miércoles 2 de agosto, pero los jóvenes se adelantan porque tienen cientos de eventos para ellos.
"Un encuentro con Cristo, con Jesús, con la compañía de un montón de jóvenes, llevar este mensaje de la alegría del evangelio", señalan unas monjas. "Juntarnos todos, al final defender el catolicismo, que somos muchísimos", defiende una joven que acude a Lisboa solo para este evento.
Un operativo de seguridad sin precedentes en la ciudad
La seguridad no se discute, más de 16.000 agentes velarán por ello. Ha habido que hacer un mayor esfuerzo por la cercanía que quiere tener el papa Francisco con los jóvenes. La guardia del Vaticano ya está en Lisboa y también van a contar con el apoyo de policías españoles
El centro de Lisboa desde Marques de Pombal hasta la plaza de Comercio se va a cerrar al tráfico, toda esta arteria, todos estos coches van a desaparecer porque se quiere dar todo el espacio a los jóvenes, lo prioritario va a ser su seguridad.
Un espacio acotado con muchas señales de información. Lisboa estos días es para turistas y peregrinos.