El rey emérito Juan Carlos I ha salido a navegar este jueves por primera vez, ante una gran expectación mediática, en Sanxenxo (Pontevedra), localidad gallega a la que llegó este miércoles procedente de Londres, en la que es su segunda visita a España desde su marcha a Abu Dabi en agosto de 2020 por la polémica sobre su patrimonio en el extranjero.
Con aplausos y gritos de "¡Viva el rey!" ha sido recibido el emérito a su llegada al pantalán del Real Club Náutico de Sanxenxo para embarcar en el Bribó para salir a navegar por la Ría de Pontevedra y entrenar de cara a las regatas que tendrán lugar este fin de semana. Estos entrenamientos son la antesala de las pruebas que desarrollarán este fin de semana en Sanxenxo, para las que también se cuenta con la asistencia de Don Juan Carlos.
El rey emérito ha llegado al puerto, sin hacer declaraciones a la prensa, a la que ha saludado desde el asiento del copiloto, a las 11:27 horas en un coche conducido por su amigo y anfitrión, el regatista Pedro Campos, que se ha subido al barco auxiliar "Cristina" para acompañar al exmonarca durante su navegación. En torno al mediodía, ambas embarcaciones han partido desde el puerto.
Con ayuda para embarcar
Desde allí se ha podido ver en el pantalán al emérito bajarse del vehículo con gorra, chaleco y camisa blanca, estrechar la mano a la tripulación del Bribón y dirigirse a la zona de embarque.
En todo momento ha necesitado, además del apoyo de su bastón, a varios acompañantes tanto para bajar la escalinata como para acceder al propio Bribón. La escena al completo ha sido contemplada por algunos lugareños que sentían curiosidad.
Tras algo más de dos horas y media de navegación, hacia las 14:45 horas, el Bribón, con el rey emérito a bordo, ha atracado en el puerto. También para salir de la embarcación, don Juan Carlos ha precisado ayuda.
Gran expectación
Como ocurrió en 2022, esta visita del rey emérito también está rodeada de una gran expectación mediática y, aunque por el momento en menor medida, también de atención por parte de vecinos y turistas. Algunos de ellos, apoyados en la barandilla del espigón han aplaudido y proferido ánimos y vivas a don Juan Carlos, que ha correspondido al gesto saludando con la mano.
La intención es que la estancia del emérito esté marcada por la discreción, después del malestar que causó en el Gobierno su publicitada visita anterior y su negativa a dar explicaciones por su comportamiento personal motivado por las irregularidades fiscales que cometió en los últimos años de su reinado.
Debido a sus problemas de movilidad, la idea del anterior jefe del Estado, de 85 años, es reposar y, en lo posible, entrenar con la tripulación del Bribón, con vistas a la regata que se va a celebrar el sábado y el domingo.