El Banco de España ha alertado del riesgo que puede suponer para las rentas más bajas el encarecimiento de los alimentos en el último año. Esta situación puede hacer que estas familias tengan mayor dificultad para acceder a una alimentación saludable y puede obligarlas a reducir el gasto en otras cosas.
En el artículo Evolución reciente de los precios de consumo de los alimentos en el área del euro y en España, publicado este miércoles, la entidad indica que el repunte de los precios de los alimentos también preocupa porque influye intensamente en las expectativas de inflación de los consumidores, que son la base de sus decisiones de gasto, inversión o endeudamiento. Esto, asimismo, puede acabar repercutiendo en la política monetaria.
En términos del Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC), la tasa de inflación interanual de alimentos alcanzó en diciembre un 13,8% en el área del euro y el 14,7% en España. Estos son unos "registros sin precedentes desde el inicio en las series estadísticas en 1997, que se sitúan muy por encima de los promedios históricos de entre 1997 y 2021", indica el informe.
No obstante, de cara al futuro, el artículo explica que cabe esperar una cierta desaceleración del incremento de los precios de los alimentos tanto el área del euro como en España, dada la moderación recientemente observada en los precios de las materias primas.
Mayor contribución en España por su mayor peso en la cesta de la compra
Según la entidad, el encarecimiento de los alimentos ha sido muy similar en España y en el conjunto del área del euro porque ambos están ligados a factores de oferta globales. Sin embargo, en España los alimentos tienen mayor peso en la cesta de consumo y han contribuido mayormente a que la inflación se haya disparado, tal y como se apreció en el dato de febrero, que muestra una subida del 16,6% de los alimentos.
En este contexto, la entidad observa diferencias por clases de alimentos y el artículo destaca productos como cereales y leche por su intensidad y por su importancia en la cesta de consumo.
El estudio destaca el encarecimiento de 'los aceites y las grasas', con incremento interanual del 31,2% en el cuarto trimestre de 2022, tanto en el área del euro como en España. Le siguen las clases de 'leche, queso y huevos', con un ascenso del 23,6% en el área del euro y del 24,9% en España. También hace hincapié en la categoría de 'Pan y los cereales', cuyos precios aumentaron un 16,9% en el área del euro, 2,4 puntos porcentuales menos que en España.
Mayores incrementos en los países bálticos y Eslovaquia
A nivel europeo, la subida en le precio de alimentos ha sido más intensa en los países bálticos (Lituania, Letonia y Estonia), y en Eslovaquia, con tasas interanuales superiores al 20% en el cuarto trimestre de 2022. Esto se ha debido, en parte, a la mayor exposición de estos países a las importaciones de alimentos y fertilizantes desde Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Por otro lado, en Francia la tasa fue del 10,7%, y en Italia, del 11,8%, por debajo del observado en la Unión Económica y Monetaria (UEM) y en España. Por contra, en Alemania se situó por encima, con un 16%.
Cabe recordar que la inflación bajó al 8.5% en la eurozona y España, con una tasa del 6%, cerró como el tercer país con menor inflación tanto en la zona euro como en la UE.
Incertidumbre por la sequía y la guerra de Ucrania
A pesar de ello, el Banco de España advierte de que hay todavía una elevada incertidumbre por el efecto que podría tener la sequía vivida en Europa en 2022 en la producción agrícola y los precios de los alimentos este año.
El aceite de oliva se ha encarecido un 45% en el último año y ahora se vende entre cinco y ocho euros en los supermercados -según la categoría-., lo que ha reducido sus ventas un 31%, según el Ministerio de Agricultura.
Asimismo, señala que la guerra en Ucrania sigue siendo otro foco de incertidumbre con respecto al precio de los alimentos por la importancia de Rusia y Ucrania en los mercados mundiales de cereales.