El atronador ruido de la artillería retumba en Bajmut. Las fuerzas rusas y los mercenarios del Grupo Wagner ya avanzan poco a poco por el interior de la ciudad en la que resisten los defensores ucranianos, atrincherados entre edificios derruidos. Los combates entre ambos ejércitos se disputan, prácticamente, calle a calle en esta localidad clave para el control de la región de Donetsk.
"Hemos encontrado un escenario bélico desolador, abrumador, con una enorme intensidad de artillería", asegura el enviado especial de RNE a Bajmut, Fran Sevilla. "A pesar de contar con un permiso especial, los militares rusos no nos dejan avanzar más", añade Sevilla, que se encuentra a tan solo dos kilómetros de la localidad.
Según las últimas informaciones, proporcionadas por el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Bajmut estaría "prácticamente rodeada" por las tropas rusas y solo quedaría una carretera como posible vía de salida. El mando militar ucraniano, por su parte, ha ordenado resistir a las unidades que todavía defienden desde dentro la ciudad que ha quedado reducida a ruinas.
La batalla por Bajmut, una de las más cruentas de la guerra
Tras siete meses de asedio, la batalla por la localidad se ha convertido en una de las más cruentas del conflicto y se estima que ha dejado numerosas bajas en ambas partes. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski, ha cifrado en más de 800 las bajas enemigas desde el jueves, pero no ha concretado cuántos soldados ha perdido.
De acuerdo con EFE, en la ciudad aún quedan 4.500 civiles de los 70.000 que la habitaban y cada día el bombardeo enemigo destruye más la ciudad y complica la situación humanitaria. El alcalde de la ciudad, Oleksiy Reva, ha relatado en su cuenta de Facebook lo "doloroso" que está siendo para sus ciudadanos el asedio de esta urbe, cuyo control aseguraría un pasillo a los rusos para trasladar armas y soldados por todo el este de Ucrania.
Aunque Bajmut es uno de los principales focos, la ofensiva rusa también avanza en otros frentes dentro y fuera del Donbás. La localidad de Bohorodychne ha sido uno de los testigos de los devastadores combates. Allí, ya no quedan civiles, tan solo los restos de lo que fue esta población. "Todo a nuestro alrededor es destrucción", dice Fran Sevilla, a los pies una iglesia derrumbada por los ataques, donde aún se pueden ver cascos de soldado y restos de raciones de comida.
Al norte de esta región, en la provincia de Járkov, las autoridades han ordenado la evacuación de la localidad de Kupiansk, que Moscú podría intentar ocupar, una zona en la que esta misma noche una mujer ha muerto debido a un bombardeo. La guerra prosigue, además, en todos los frentes en el este y sur de Ucrania después de un año de conflicto.
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