Francia vive este jueves una nueva jornada de huelgas y protestas contra el proyecto de Emmanuel Macron para reformar las pensiones y retrasar la edad de jubilación. Se trata de la quinta convocatoria sindical desde que comenzaron las movilizaciones el 19 de enero pasado.
Los sindicatos quieren mantener la presión sobre los diputados que continúan debatiendo el texto legislativo en la Asamblea Nacional, y que se acercan al debate de los elementos más discutidos de la reforma, informa Efe.
Según el ministerio del Interior han participado 440.000 manifestantes en todo el territorio francés, 1,3 millones según cifras de la CGT.
En París, hablan de 300.000 manifestantes, frente a los 37.000 que cifra la CGT. Son menos que en la anterior movilización, cuando el sindicato contabilizó 500.000 personas y las autoridades 93.000.
Las centrales sindicales han convocado cerca de dos centenares de manifestaciones en todo el país. La marcha central ha tenido lugar esta vez en la pequeña ciudad de Albi (sureste) para resaltar que la protesta tiene un alcance nacional y no se circunscribe a París o a las grandes ciudades.
En la última jornada de protestas, el pasado sábado, la policía aseguró que habían participado casi un millón de personas en las cerca de 250 marchas organizados por todo el país, mientras que la Confederación General del Trabajo (CGT), el principal sindicato del país, aseguró que habían sido 2,5 millones.
Por ahora, las filas que se conocen de esta jornada son más escasas que la anterior. Por ejemplo, en Montpellier ha habido 7.200 participantes frente a los 20.000 de la última manifestación, según las autoridades. En Toulouse lor organizadores contabilizan 65.000 manifestantes frente a los 100.00 de la cuarta jornada, y la policía 14.000 frente a los 25.000 que contabilizó el sábado.
Menos seguimiento de los paros
En pleno período de vacaciones escolares, con la excepción de la región de París y Occitania, la participación en las huelgas se ha reducido, informa Afp.
En el transporte, los efectos han sido limitados, con cuatro de cinco trenes de alta velocidad (TGV) en circulación y tráfico normal en el metro de París.
En la empresa nacional de ferrocarriles SNCF, el seguimiento se ha situado en el 14 % según una fuente sindical, frente al 25 % del pasado martes, el 36,5 % el 31 de enero y el 46,3 % el 19 de enero, primer día de movilización. Sin embargo, el 30% de los vuelos en París-Orly se han cancelado.
“Si nos vemos obligados a endurecer el movimiento e ir a por una huelga más dura, pues ahí estaremos“
En Marsella, donde los manifestantes se concentraron en el Puerto Viejo, Théo Serres, de 30 años, ha reconocido que "puede haber un poco menos de gente". "Si nos vemos obligados a endurecer el movimiento e ir a por una huelga más dura, pues ahí estaremos", ha advertido.
La próxima movilización será el 7 de marzo. "El 7 de marzo, todo debe bloquearse, todo debe detenerse en todas partes”, ha declarado en Montpellier el líder del partido La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon.
Los sindicatos rechazan frontalmente los dos principales puntos de la reforma: el aumento de 62 a 64 años de la edad mínima de jubilación y que el incremento del período de cotización de 42 a 43 años para tener una pensión completa se adelante a 2027 (está previsto que entre en vigor en 2035).
El Gobierno asegura que la reforma es necesaria para garantizar la viabilidad económica del sistema de pensiones, que según las cifras del Ejecutivo tendrá un déficit anual 12.500 millones de euros en 2030 sin los cambios propuestos.
El martes, el Gobierno perdió una votación sobre un punto menor de la reforma, lo que ha recordado a Macron que no tiene mayoría de diputados para sacarla adelante. Los Republicanos (derecha) no le ha garantizado el apoyo que necesita, por lo que Macron podría optar por aprobar la reforma por decreto, informa Antonio Delgado, corresponsal de RNE en París.