El expresidente brasileño Jair Bolsonaro ha asegurado este martes que tiene esperanza en el nuevo Parlamento que se instala este miércoles en su país durante un homenaje que le rindieron sus compatriotas en Orlando (Florida), en el que lo trataron como una estrella de cine.
El mandatario, que ha indicado tener "saudade" (nostalgia) de su país", ha señalado ante unos 600 seguidores reunidos en un restaurante que tiene "67 años y va a continuar con la política de Brasil".
Ha subrayado que mañana es un día "importantísimo", en referencia a la inauguración de una nueva legislatura, la primera del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, y la elección de nuevas autoridades con una composición conservadora que puede dificultar los planes del líder progresista.
En el caso del Senado, Bolsonaro, quien dijo que espera que otros grupos se sumen a su partido para hacer oposición al gobierno, tiene los ojos puestos Rogério Marinho, postulado por la ultraderecha. "Tenemos esperanza de traer gente a nuestro lado, Brasil es un país fantástico", ha enfatizado.
Las cámaras de Diputados y del Senado fueron renovadas también en las elecciones de octubre pasado, en las que Lula derrotó por una escasa diferencia de 1,8 puntos porcentuales a Bolsonaro, quien intenta mantener una cierta influencia en el Parlamento.
Bolsonaro permanecerá más tiempo en EE.UU.
Con banderas brasileñas y muchos de ellos vestidos con la camiseta de la selección de fútbol de su país, los asistentes han celebrado el encuentro con el ultraderechista, que completó ya un mes fuera de Brasil.
Por otra parte, el exmandatario ha señalado que su esposa, Michelle Bolsonaro, y su hija ya han regresado al país, pero que él se quedará un tiempo más, a lo que sus seguidores han respondido gritando "quédate, quédate".
Desde su llegada a Orlando, Bolsonaro se ha hospedado en casa de un luchador de artes marciales mixtas, José Aldo, que es uno de sus seguidores.
Antes del evento, su abogado, el brasileño-estadounidense Felipe Alexandre ha confirmado que Bolsonaro entró al país con la visa A-1 para jefes de Estado y que, aunque este documento ha vencido hoy, ya presentó con anticipación la solicitud para cambiarla por otro estatus migratorio.
Su presencia en Estados Unidos se ha vuelto más controvertida a raíz del ataque a los tres poderes en Brasilia que protagonizaron cientos de sus seguidores a comienzos de enero para derrocar al Gobierno de Lula.
A petición de la Fiscalía, el pasado 14 de enero, la Corte Suprema de Brasil incluyó al expresidente brasileño en la lista de investigados por la intentona golpista.