En Cataluña se viven las listas de espera quirúrgicas más largas del país. En promedio, se ha de aguardar 151 días para entrar en quirófano, una cifra similar en Aragón, pero que sobresale más al tratarse de la autonomía con mayor número de camas hospitalarias en relación con su población, además de por ser la segunda comunidad autónoma más poblada de España y también la segunda que menos dinero público invierte por habitante.
Percepción de la sanidad
A diferencia de la mayoría de comunidades, la valoración global del sistema sanitario público en Cataluña no ha experimentado una merma en los últimos años, tras la irrupción de la pandemia de COVID-19. Pero sí lo ha hecho la percepción de la atención primaria, que ha caído de un 7 en 2019, antes de la crisis sanitaria por el coronavirus, a un 6,4 en la actualidad, según los datos del barómetro sanitario del CIS. Del mismo modo, la satisfacción con la atención especializada también ha bajado, aunque en menor medida.
Listas de espera
Las listas de espera para ser intervenido en Cataluña son el principal problema de la sanidad pública en esta comunidad. Casi en todas las especialidades (salvo cirugía cardíaca, por poco), el tiempo de espera para entrar en quirófano es más largo en Cataluña que en el conjunto de España, según los datos recopilados por Sanidad a junio de 2022. Además, el 27,6% de los catalanes ha de aguardar más de seis meses para una intervención. En las áreas en peor situación, hay esperas medias de seis meses o más en urología (180 días), neurocirugía (190 días) y cirugía plástica (284 días).
Y todo ello pese a que Cataluña es la autonomía con mayor número de camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes, 3,83, por encima de otras como Aragón (3,65) y Castilla y León (3,54).
En lo que respecta a las consultas de medicina especializada, los 82 días de espera para ser atendido por vez primera no difieren de los 79 de media en el conjunto del país. Sí sobresale el caso de la Urología, cuyo tiempo de espera media de 162 días casi triplica la espera media nacional, como se ve en el gráfico siguiente.
Personal sanitario
Cataluña es una de las pocas comunidades donde la tasa de médicos y enfermeras en atención primaria bajó en 2021 respecto a los datos del año anterior. La de médicos bajó de 0,77 a 0,73 por cada mil habitantes y la de personal de enfermería, de 0,75 a 0,68. La tasa de médicos en atención primaria en Cataluña es la tercera más baja entre todas las comunidades autónomas, solo por delante de Baleares (0,6) y Madrid (0,68), además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
También temen en Cataluña la fuga de talento médico, en una región donde en los próximos diez años se jubilarán unos 9.000 médicos, según sindicato médico mayoritario, Metges de Catalunya. La principal reivindicación de este sindicato es incrementar las plantillas para reducir las agendas asistenciales, ya que actualmente un médico de atención primaria en Cataluña tiene asignados de media más de 1.400 pacientes, así como mejorar las condicionales laborales y económicas.
Los profesionales demandan que un médico de cabecera atienda un máximo de 25 pacientes por jornada y que puedan disponer de unos 12 minutos por paciente. Y las reivindicaciones del personal de enfermería, técnicos y otros profesionales sanitarios son similares: más personal, mejores condiciones y revertir las privatizaciones, entre otras.
Desde el punto de vista laboral, las propuestas de los sindicatos catalanes reclaman que el personal sanitario dependa directamente de la Consellería de Salud, porque en la actualidad el sistema público tiene conciertos con un centenar de empresas y cada una funciona con su propio convenio.
Inversión en sanidad
El gasto público por habitante en Cataluña también es uno de los puntos débiles de su sistema sanitario: es la segunda comunidad que menos dinero público invierte, 1.371 euros por habitante, según el montante presupuestado para 2022. De su presupuesto total, Cataluña dedicó un 13% a la atención primaria en 2020 (la quinta comunidad que menos porcentaje dedica, empatada con Asturias). Y, sobre todo, destaca que es la comunidad que más proporción de dinero destinó a conciertos sanitarios con el sector privado, un 23,6%, muy por encima de las dos siguientes, Baleares (9,2%) y Madrid (8,5%).
En el siguiente gráfico se observa también una inconsistencia recurrente entre la cantidad presupuestada anualmente y la ejecutada, mucho más alta, un desajuste que aleja las cuentas oficiales de la realidad del gasto necesario para mantener el sistema que se observa aun antes de 2019, cuando la pandemia de COVID-19 provocó una crisis que hizo volcar gran cantidad de los recursos en gestión sanitaria.
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