Cuatro generaciones se reúnen en casa de Qu Zhenggui en Wuhan para celebrar el Año Nuevo. Se trata de la primera vez en tres años de pandemia que pueden hacerlo juntos, después de que el Gobierno chino levantara en diciembre las restricciones de su política 'COVID cero'.
"Estoy muy emocionado. Por fin, hemos pasado la pandemia y volvemos a tener una vida normal para este año nuevo", considera Zhenggui, que ha abierto las puertas de su casa a un equipo de TVE para mostrar cómo se celebra la noche más especial del año en la ciudad, pese a la oleada de contagios que azota al país.
Toda la casa ha sido vestida para la ocasión. En el portal del edificio, Zhenggui ha decorado con antiguos caracteres la puerta para atraer buena suerte para el año próximo. "Dejamos atrás el año del tigre, de lucha contra la pandemia, y recibimos con esperanza el Año Nuevo del conejo", ha escrito. En el interior, los adornos de color rojos, típicos de esta temporada, adornan las paredes y estaterías.
Comida tradicional para celebrar el reencuentro
Mientras llegan los invitados, Zhenggi práctica la caligrafía escribiéndo felicitaciones de Año Nuevo y los más pequeños crean con el arte tradicional de la papiroflexia conejos, el animal del año que entra, de distintas formas.
La comida tradicional también es un elemento central de esta celebración. La prepara la madre, pero todos echan una mano limpiando y cortando las verduras necesarias. Alrededor de la mesa se coloca toda la familia y comparten platos y sonrisas, algo que no se había podido hacer en las casas durante mucho tiempo debido al brote de coronavirus que convirtió a Wuhan en el epicentro de la pandemia y en la primera ciudad confinada por esta causa en todo el mundo.
Finalmente, llega uno de los momentos más esperados: la familia regala sobres rojos con dinero a los niños y a los ancianos, una tradición que cierran con un brindis y muchas fotos para recordar el tan esperado reencuentro.
Año nuevo sin restricciones pese a la oleada de contagios
Aunque la festividad central del Año Nuevo es este domingo, las celebraciones se extienden desde este sábado hasta el próximo viernes. Esta etapa genera millones de desplazamientos dentro y fuera del país, especialmente tras el fin de la política COVID cero y la reapertura de fronteras.
La movilidad masiva preocupa a las autoridades sanitarias ante la oleada de casos de COVID, que ha dejado más de 60.000 muertes en poco más de un mes, según el balance chino. Uno de los principales destinos en estas fechas son las zonas rurales, siendo estas precisamente las más vulnerables debido a una población más envejecida, servicios sanitarios más precarios y una tasa de vacunación inferior en los más mayores, pese a ser gratuita en el país.
A nivel mundial, numerosos países, entre ellos España, han impulsado restricciones a los viajeros del país con el objetivo de prevenir un aumento de casos y detectar una posibles nuevas variantes.