La mitad de los ucranianos son cristianos ortodoxos, y se rigen por el calendario juliano. Por eso, celebran la Navidad 15 días más tarde, cuando en España se festeja la noche de Reyes. Ahora, sin embargo, la costumbre está comenzando a cambiar.
Hasta hace un año, parte de los ortodoxos ucranianos estaban bajo la influencia del Patriarcado de Moscú, pero es difícil tener como máxima autoridad a quién no ha condenado la invasión rusa.
La Iglesia independiente de Kiev ha permitido por primera vez este 2022 que los creyentes que quieran celebren este domingo la Navidad pese a que, según su calendario, no se festeja hasta el 6 de enero.
Tiempo para cambiar las costumbres
"En casa hemos decidido celebrar la Navidad las dos veces", cuenta Natalia. "No estoy en contra, pero los ucranianos necesitamos tiempo para cambiar nuestras costumbres", dice por su parte Alejandra.
Pero muchos están de acuerdo en algo, y es que "el Patriarca tendría que estar en contra de la guerra", afirma Volodímir. Uno de los mandamientos de los cristianos es "no matarás", como recuerda esta creyente.
Kiril, Patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa desde hace 13 años, solo tardó tres días en bendecir la invasión de Ucrania. Algunos monasterios y conventos ucranianos han sido registrados por la propia Policía ucraniana por miedo a que curas y creyentes pudieran colaborar con la iglesia de Moscú.
Al menos 16 muertos y más de 60 heridos en Jersón
Un día antes de Navidad, Rusia atacó el centro de la capital provincial de Jersón con bombardeos que han dejado al menos 16 víctimas mortales y más de 60 heridos.
De acuerdo al jefe de la administración militar regional, Yaroslav Yanushevich, "el fuego enemigo también alcanzó instalaciones industriales, centros médicos y de apartamentos".
Entre los muertos se encuentran tres trabajadores de los Servicios de Emergencia del Estado que estaban realizando labores de desminado en el distrito de Berislav.
La ciudad de Jersón fue liberada por las tropas ucranianas el pasado 11 de noviembre, aunque parte de la región homónima, en la otra orilla del río Dnipro a su paso por esa urbe, permanece en manos del Ejército ruso.
Desde la orilla izquierda del río, los rusos, que mantienen ahí sus posiciones tras la retirada, lanzan continuos ataques sobre los ucranianos que volvieron a sus casas.