La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, ha superado este miércoles con mayoría absoluta la última votación de su investidura como primera ministra del país en el Senado.
Tal y como se esperaba, Meloni ha conseguido 115 votos a favor del total de 200 escaños, un apoyo que ha logrado gracias a su partido y a sus socios de coalición, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia, de Silvio Berlusconi, además del grupo "Nosotros moderados".
Por otro lado, han votado en contra 79 senadores, los del progresista Partido Demócrata, los populistas del Movimiento Cinco Estrellas y los centristas de Azione e Italia Viva, entre otros pequeños grupos.
La investidura en Italia se vota en sus dos sedes parlamentarias y con esta en el Senado, la primera ministra ha completado el trámite para gobernar, pues este martes consiguió el respaldo de la Cámara de los Diputados por 235 votos a favor del total de 400 escaños.
Juró el cargo el sábado pasado
Meloni, primera mujer jefa del Gobierno en la historia del país, juró en el cargo el pasado sábado ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella, después de ganar las elecciones generales del 25 de septiembre con el 26% de los votos, además de los de sus aliados.
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Este miércoles, en el turno de réplica, Meloni ha vuelto a defender sus planes y a la resistencia ucraniana y ha hablado de su estrategia energética y para la Sanidad Pública. Sin embargo, también ha pedido a la oposición que valore sus medidas futuras de una forma objetiva, no "ideológica".
"Nosotros siempre hicimos una oposición muy franca porque creo que el debate es la sal de la democracia. En muchas ocasiones se pudo contar con Hermanos de Italia (...) Esta valentía y lealtad es lo que puedo pedir a la oposición, que se pueda hablar de temas, que no se hagan debates ideológicos. Espero que valoréis mis medidas para decidir si las votáis o no", ha dicho.
Una jornada marcada por el discurso de Berlusconi
La jornada en el Senado ha estado marcada por el discurso de Silvio Berlusconi, nueve años después de que fuera expulsado del Parlamento tras su condena en firme por fraude fiscal a causa del denominado "Caso Mediaset".
El magnate, de 86 años, ha asegurado sentirse "feliz" por su regreso y ha aprovechado la ocasión para reivindicar su lealtad a Occidente, a la Unión Europea y a la Alianza Atlántica.
Esto después de que se filtraran a la prensa unas recientes declaraciones suyas en las que presumía de su amistad con el presidente ruso, Vladímir Putin, y culpara de la guerra al ucraniano, Volodímir Zelenski, suscitando el enfado de Meloni.
"Sobre esto, nuestra posición es firme y convencida, absolutamente clara y no puede ser puesta en duda por nadie ni por ningún motivo", ha prometido el controvertido político conservador.