La OCDE ha pedido abandonar las políticas de subvención de los precios de la energía, porque las consideran insostenibles desde el punto de vista presupuestario e injustas desde el punto de vista social, para privilegiar las ayudas a los grupos de rentas más bajas.
En un informe publicado este miércoles, pide que cesen las políticas para contener los precios de la energía, que sobre todo están contribuyendo a subvencionar los combustibles fósiles, cuando precisamente la gran prioridad internacional es reducir su uso por razones climáticas.
Desde la OCDE se critican las medidas de control de precios o los topes por debajo del precio de mercado, porque aseguran que aunque son relativamente fáciles de aplicar, acaban beneficiando a los que más energía consumen, que suelen ser los que tienen más recursos.
Además, perturban el mensaje que dan unos precios elevados a los consumidores de que hay que ahorrar energía y abandonar los combustibles fósiles.
Las medidas actuales solo son efectivas "temporalmente", alertan
Y "por si fuera poco", pueden perturbar seriamente la cadena de aprovisionamiento energético al desalentar las inversiones en nuevas infraestructuras y generar problemas de escasez.
A pesar de ello, los autores del informe admiten que las medidas para limitar la escalada de subidas de la energía pueden "temporalmente" contener las presiones inflacionista.
Pero, a continuación, advierten de que no permiten que la demanda se ajuste a las restricciones de la oferta, y eso puede agravar los problemas de escasez y traducirse, en realidad, en inflación futura.
Por esa misma razón, las reducciones de los impuestos a la energía, que se han utilizado de forma muy amplia sobre todo en Europa con el IVA (se cita, entre otros, el caso de España), alteran la señal de los precios y reducen los ingresos fiscales.