Las fuerzas militares rusas cometieron un crimen de guerra cuando atacaron en marzo el teatro de Mariúpol en Ucrania, y causaron la muerte de al menos una decena de personas, según una exhaustiva investigación de Amnistía Internacional (AI).
El informe de AI -Children: The Attack on the Donetsk Regional Academic Drama Theatre in Mariupol, Ukraine- documenta cómo probablemente las fuerzas rusas atacaron deliberadamente el teatro el 16 de marzo, aunque sabían que cientos de civiles se refugiaban allí, lo que convierte el ataque en un claro crimen de guerra.
El equipo de Respuesta a las Crisis de la organización humanitaria entrevistó a supervivientes y recopiló datos digitales, y llegó a la conclusión de que, casi con toda seguridad, el ataque lo llevaron a cabo aeronaves de combate rusas que lanzaron dos bombas de 500 kilos que cayeron una cerca de la otra y detonaron simultáneamente, indica AI.
Análisis de las imágenes y entrevistas con testigos
"Después de meses de rigurosa investigación, análisis de imágenes de satélite y entrevistas con decenas de testigos, llegamos a la conclusión de que el ataque fue un claro crimen de guerra cometido por fuerzas rusas", ha afirmado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.
"Muchas personas resultaron heridas o perdieron la vida en este despiadado ataque. Es probable que sus muertes fueran causadas por el ataque deliberado de fuerzas rusas a civiles ucranianos", ha dicho.
"La Corte Penal Internacional y todas las demás instancias que tienen competencia en materia de crímenes cometidos durante este conflicto deben investigar este ataque como crimen de guerra. Todos los responsables deben rendir cuentas por causar tanta muerte y destrucción", ha subrayado la secretaria general.
Modelo matemático para determinar el nivel de destrucción
AI dice haber encargado a un experto físico la creación de un modelo matemático de la detonación, para determinar el peso explosivo neto de la detonación que sería necesario para causar el nivel de destrucción que se observó en el teatro. La conclusión fue que las bombas tenían un peso explosivo neto de 400 a 800 kilos.
Así, AI estima que las armas fueron con toda probabilidad dos de 500 kilos del mismo modelo, lo que arrojaría un peso explosivo neto total de entre 440 y 600 kilos.
Las aeronaves rusas que con mayor probabilidad llevaron a cabo el ataque fueron aviones de combate como el Su-25, el Su-30 o el Su-34, con base en aeródromos rusos cercanos y que con frecuencia pueden verse operando en el sur de Ucrania.
Varias teorías sobre la autoría de ataque y el tipo de armas
Amnistía Internacional examinó varias teorías alternativas acerca de quién fue responsable del ataque y qué armas podrían haberse usado.
A partir de los datos creíbles disponibles, la investigación llegó finalmente a la conclusión de que un ataque aéreo deliberado contra un objetivo civil era la explicación más verosímil.
En la Mariúpol asediada de la región de Donetsk, el teatro se convirtió en una zona de seguridad para la población civil que intentaba refugiarse de los combates, recuerda AI.
El teatro, en el distrito Tsentralnyi de la ciudad, era un centro de distribución de medicinas, agua y alimentos y un punto de encuentro designado para las personas que esperaban ser evacuadas a través de los corredores humanitarios.
El edificio era claramente reconocible como objetivo civil, quizás más que ningún otro lugar de la ciudad, añade.