La figura de las "madrinas" en los Sanfermines hace referencia a las mujeres que eran elegidas para acompañar al delegado o presidente de las peñas a actos oficiales durante las fiestas. El término se utilizó desde 1941 hasta 1979. Sin embargo, su aparición se remonta a la década de los años 30 del siglo pasado en Pamplona en el contexto de las becerradas organizadas por la peña Los Irunshemes a beneficio de las colonias y cantinas escolares.
La Asociación Festa-Los de Bronce señala en un comunicado que las "madrinas" se trata de una figura "presente en nuestras fiestas desde los años 30 del siglo XX y que ritualizaba roles de género diferenciados con una carga simbólica que limitaba la integración de las mujeres en los espacios públicos festivos".
Entre 1940 y 1960, las madrinas solo podían asistir a las becerradas y participar en los bailes que organizaba cada peña. Con la creación de la Comisión de Peñas, que es el antecedente de la actual Federación de Peñas de Pamplona, eran invitadas a las corridas de toros en algunas ocasiones. A estos eventos, tenían que vestir siguiendo los cánones y protocolos del momento. Normalmente, los protagonistas eran el mantón y la peineta.
En 1978 se comenzó a pedir su desaparición
En junio de 1978, un grupo de mujeres exhibió en la plaza de toros, durante el festival organizado por las Peñas de Pamplona, una pancarta pidiendo la desaparición de las madrinas y abogando por unas fiestas igualitarias. Agurne Baquer, Itzabel Urbeltz y las hermanas Gemma, Maite, Mirenjo y Arrosa Larrainzar lucharon contra las agresiones sexuales y reclamaron la supresión de esta figura.
Este gesto, sumado al trabajo realizado años antes por colectivos feministas, provocó una reflexión interna en el mundo de las peñas, que hasta ese momento era un espacio reservado exclusivamente para los hombres. Como consecuencia de estas protestas, la ciudadanía se cuestionó la figura de la "madrina". Se impulsó su desaparición, que se hizo definitiva dos años después.
Este año, la Asociación Festa-Los de Bronce ha otorgado el Premio Festa 2002 a las mujeres que impulsaron la desaparición de las "madrinas" de las peñas en los Sanfermines.