La repentina subida de las temperaturas está afectando, principalmente, a los grupos más vulnerables. Los niños deben tener especial cuidado estos días para no sufrir las consecuencias de la ola de calor que se quedará en la Península hasta el viernes, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Por ello, padres y profesores están tomando medidas para proteger a los más pequeños de las altas temparaturas.
Los menores de dos años son los más propensos a sufrir deshidrataciones en estas circunstancias. Por eso, los expertos han aconsejado que se incremente la ingesta de líquidos estos días de calor intenso. Los niños deberían tomar más agua y los que reciban lactancia materna "que aumenten el número de tomas de pecho", ha recomendado el pediatra Pedro Viaño en el programa Noticias 24 Horas.
El calor no afecta de la misma manera a todos los niños. "Un bebé de menos de 12 meses tiene más riesgo de deshidratación que un niño de 8, 10 u 12 años", ha aclarado Viaño. Hay que estar más pendiente de los más pequeños, sobre todo de los que todavía no hablan. Los padres deberían prestar atención a los signos que indiquen que el niño pueda necesitar un extra de agua.
Se debería acudir al pediatra cuando se perciban síntomas como los ojos hundidos, la boca sin saliva o la piel tan lustrosa como suele estar normalmente. También hay que llevar al niño al médico si llora sin lágrimas o si hay vómitos o diarrea que impida mantener la ingesta de agua. Además, es importante controlar que no estén sufriendo estreñimiento.
Utilizar filtros físicos como gorros o ropa de algodón
Estos días de calor intenso, se recomienda prestar especial atención al número de micciones. Pedro Viaño ha recordado que normalmente los bebés de pocos meses suelen orinar entre seis y ocho veces por día. Con la deshidratación, puede disminuir la cantidad de veces o pueden ser muy concentradas esas micciones.
Lo más importante es evitar las horas centrales del día, en las que las temperaturas se encuentran en su punto más álgido. Además, hay que evitar la exposición directa a la luz solar y resguardarse en sitios bien climatizados.
Viaño ha recomendado utilizar filtros físicos como gorros o ropa de algodón. Las cremas solares y la alimentación ligera también son importantes para prevenir los golpes de calor en los más mayores.
Los aires acondicionados pueden ser beneficiosos, sobre todo en las zonas de más calor, aunque es importante que se utilicen con moderación, a una potencia adecuada y a una temperatura en torno a los 22 grados para que sea confortable. En los climas de interior, donde no hay tanta humedad, es conveniente colocar depósitos de agua para humidificar el ambiente y el aire de las habitaciones.
Flexibilizar los horarios escolares
Algunos colegios en varias comunidades autónomas han decidido suspender las clases en las horas de más calor. Es una medida adecuada, especialmente en los centros donde las condiciones no permiten tener una temperatura adecuada por falta de acondicionamiento. "Las administraciones deberían flexibilizar los horarios escolares para facilitar que los niños no estén expuestos a estas temperaturas", ha recomendado Viaño.
En Extremadura, por ejemplo, un total de 120 centros, el 13,48 % de los 890 con los que cuenta la región, ha adoptado medidas de flexibilización horaria. Desde el curso 2018-2019, el calendario escolar incluye la adopción de medidas extraordinarias en circunstancias meteorológicas excepcionales, entendidas como tal aquellas que así se definan según el Plan Nacional de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Meteorológicos Adversos (Meteoalerta) y la Agencia Estatal de Meteorología. De hecho, la Consejería de Educación estudia el uso de enfriadoras adiabáticas y láminas de control solar como una solución para combatir el calor en las aulas, al considerar que la climatización convencional con frío "no es, actualmente, una solución adecuada al problema de la temperatura elevada" en estos espacios.
En otras comunidades, como La Rioja, han decidido mantener el horario de las clases escolares porque, en palabras del consejero de educación riojano, “fue una petición masiva de padres y madres mantenerlo así en junio y septiembre, por las complicaciones familiares que tendría el ir a buscar a los niños antes”.