Rusia ha anunciado que prohíbe la entrada en su territorio a 49 ciudadanos británicos, entre los que destacan reconocidos periodistas y representantes de defensa por alimentar la "rusofobia en la sociedad británica".
En la lista conocida este martes se han incluido a periodistas y funcionarios de la 'BBC', el periódico 'The Guardian' o el canal 'Sky News', como consecuencia de las sanciones impuestas por parte del gobierno de Boris Johnson al Kremlin a raíz de la guerra de Ucrania.
"Ya no están autorizadas a ingresar a la Federación Rusa", ha declarado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, en un comunicado difundido a la prensa en el que ha acusado a los periodistas de "difundir información falsa" sobre el conflicto en Ucrania.
"Los periodistas británicos incluidos en la lista están involucrados en la diseminación deliberada de falsos y unilaterales informaciones sobre Rusia y eventos en Ucrania y Donbás", especifica el ministerio en un comunicado.
Rusia acusa a esos periodistas de alimentar la "rusofobia"
"Con sus valoraciones sesgadas también contribuyen a alimentar la rusofobia en la sociedad británica", han justificado desde el Krenlin.
La lista incluye periodistas de alto perfil, presentadores de noticias, editores y altos directivos, incluidos los editores en jefe de los periódicos 'Times', 'Daily Telegraph', 'Independent' y 'Guardian'.
El Ministerio de Relaciones Exteriores también ha emitido prohibiciones de entrada a 20 personas que, según Rusia, están asociadas a la industria de defensa británica y son, por tanto para el Kremlin, responsables de suministrar armas occidentales a Ucrania. Entre ellos se encuentran el jefe del Estado Mayor Naval, el almirante Benjamin Key.
No es la primera vez que Rusia anuncia una medida de este tipo en respuesta a las sanciones británicas vinculadas a la ofensiva de Moscú contra Ucrania.
A finales de mayo, la diplomacia rusa anunció que había prohibido la entrada en su territorio a 154 miembros de la Cámara de los Lores. En abril, Rusia ya había prohibido la entrada al país al primer ministro Boris Johnson y a otros altos funcionarios británicos.