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Diez libros para trotamundos que se quedan en casa

SAMUEL A. PILAR
8 min.

Decía Rudyard Kipling que hay dos clases de personas: las que se quedan en casa y las que no lo hacen. El premio Nobel nacido en el Raj británico quizá se olvidaba de un tercer grupo: aquellas personas que, gracias a la literatura, viajan sin salir de su hogar. Con el lema 'Hojea el mundo', la Feria del Libro de Madrid está dedicada este año al viaje, una pulsión tan antigua como el ser humano, que le ha empujado desde siempre a perseguir horizontes sin otro motivo que el de saciar su propia curiosidad, y que se ha visto reflejada en miles de libros, desde La Odisea hasta la actualidad.

RTVE.es ofrece una selección de obras cuya temática principal son los viajes, o está muy relacionada con ellos. Libros capaces de inocularnos el veneno de la aventura y abrirnos la mente en canal, para reconciliarnos con nuestra eterna condición de fugitivos.

La frontera invisible, de Javier Reverte

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El último de los tres libros póstumos de Javier Reverte abre esta lista de sugerencias, aunque podría hacerlo cualquiera de las obras del que para muchos ha sido el mejor escritor de viajes en lengua castellana. En La frontera invisible, Reverte vuelve a sumergir al lector en un universo a mitad de camino entre lo literario y lo mítico, para conducirlo a través de Oriente, desde Estambul hasta las puertas de Arabia, siguiendo el rastro de ciudades legendarias cuyo solo nombre es capaz de incendiar la imaginación, como Isfahán o Persépolis.

Reverte culmina con esta obra una vida consagrada a la mayor de sus pasiones, que tuvo la valentía de asumir con todas sus consecuencias y después traducir al lenguaje de la literatura. Todo viaje es una huida hacia adelante que comienza y finaliza en uno mismo, y eso es lo que Javier Reverte nos enseña en cada uno de sus libros.

La vuelta al mundo en 72 días y otros relatos, de Nellie Bly

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La estadounidense Nellie Bly, seudónimo de Elizabeth Jane Cochran, fue la primera periodista de investigación y una de las primeras mujeres corresponsales de guerra. En 1889, inspirándose en la famosa novela de Julio Verne, publicada unos años antes, se embarcó en un viaje que le llevaría alrededor del globo, rebajando en ocho días el tiempo empleado por Phileas Fogg, para plasmarlo en su libro La vuelta al mundo en 72 días.

Como anécdota, después de cruzar del Canal de La Mancha, se detuvo en Amiens, donde visitó al propio Julio Verne, quien se mostró escéptico ante las posibilidades de éxito de su aventura. En esta ocasión, el más visionario de todos los escritores no lo fue.

El camino más corto, de Manu Leguineche

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Un libro que se ha convertido por derecho propio en todo un clásico de la literatura de viajes. “El camino más corto para encontrarse a sí mismo da la vuelta al mundo”, esta idea del filósofo Hermann Keyserling le sirvió a Manu Leguineche para articular el relato de una aventura iniciática que le llevaría por los cinco continentes en automóvil.

El patriarca del reporterismo español, el "periodista absoluto", que se sentía vasco hasta la médula pero al mismo tiempo ciudadano del mundo y también de Brihuega, consideraba que "viajar era vagabundear o no era viajar", y eso es lo que hizo durante más de dos años a bordo de un todoterreno, acariciando ese sentimiento de libertad completa que solo se alcanza cuando se consigue dejar todo atrás.

Viajeras intrépidas y aventureras, de Cristina Morató

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Periodista y fotógrafa, Cristina Morató es el principal exponente de la literatura femenina de viajes en España. Viajeras intrépidas y aventureras forma parte de su trilogía sobre exploradoras olvidadas, junto con Las reinas de África y Las damas de Oriente. Su objetivo es rescatar la figura de mujeres valientes que consiguieron materializar sus sueños de aventura en un mundo concebido por y para hombres.

Este ensayo se centra en las viajeras más famosas de la historia de África, inconformistas que surcaron ríos y océanos, atravesaron desiertos o exploraron selvas contradiciendo las reglas de una sociedad que intentó encasillarlas sin conseguirlo.

En las antípodas, de Bill Bryson

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Si existiese la perfección en forma de libro de viajes, se parecería mucho a este. Escrito de una forma cáustica e ingeniosa, pero también repleto de ternura y de mucho sentido del humor, En las antípodas es, por encima de todo, un canto de amor a Australia y a sus habitantes, tan únicos como su fauna y su flora.

El poliédrico Bill Bryson viaja por el país oceánico para descubrirnos una tierra de horizontes infinitos cuyo mayor tesoro son sus gentes; hombres y mujeres trasplantados sin anestesia desde la vieja Europa, que han desarrollado en el Hemisferio Sur una manera de estar en el mundo despreocupada, vital y con una buena dosis de ingenuidad.

Un año en el otro mundo - La ciudad automática, de Julio Camba

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Julio Camba fue un escritor genial que cultivó como nadie el oficio del articulismo. Su vida nómada de corresponsal le llevó a ciudades como Constantinopla, París, Berlín, Londres o Nueva York, y fue a esta última a la que le dedicó algunos de sus mejores artículos, convertido en un agudo observador de la sociedad estadounidense de la época.

Este "psicólogo de las grandes urbes", como le definió Francisco Umbral, estuvo destinado en Nueva York dos veces: en 1916, huyendo de la Primera Guerra Mundial, y en 1929, en mitad de la onda expansiva de una crisis que hizo saltar por los aires los cimientos de Wall Street, el templo sagrado del capitalismo. De estas dos estancias surgió primero Un año en el otro mundo, y después La ciudad automática.

Con un sentido del humor punzante, y apoyándose constantemente en la ironía y en la paradoja, Camba escudriña a esos urbanitas que aparecen ante sus ojos como extraterrestres, para trazar una de las radiografías más lúcidas de la Gran Manzana y de sus habitantes, que un siglo después no ha perdido ni un ápice de actualidad.

Diario ártico, de Josephine D. Peary

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Puede que Robert Peary no fuese el primer hombre en llegar al Polo Norte geográfico, sino que este honor hubiese correspondido al noruego Roald Amundsen. Puede que Robert Peary fuese un farsante, encubierto por la necesidad de gloria de Estados Unidos, un país hambriento de héroes con los que poder construir su esqueleto mitológico. Sin embargo, incluso aunque todo eso fuese verdad, no restaría ningún mérito a su esposa, Josephine D. Peary, que se resistió a ser una simple acompañante y se convirtió en parte activa de sus expediciones.

Diario ártico describe el año que pasaron en la bahía McCormick, al norte de Groenlandia, durante la expedición de 1891. En este libro, describe la convivencia con los inuit, cuya cultura y hábitos refleja con todo lujo de detalle, para dejar un documento imprescindible a la hora de comprender a este pueblo de supervivientes que ha sabido prosperar en uno de los entornos más hostiles del planeta. Isabel Coixet se inspiró en esta mujer para el personaje principal de su película Nadie quiere la noche.

Indestructibles, de Xavier Aldekoa

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Xavier Aldekoa no es exactamente un escritor de viajes, pero representa una de las miradas actuales más profundas hacia África y sus gentes. Indestructibles es un libro que trata sobre "seres humanos que no se rinden", que afrontan con dignidad abrumadora la vida que les ha tocado vivir, como reflejo de un continente que mira cara a cara al futuro con determinación, por encima de la herencia maldita de odio, violencia y pobreza que ha recibido.

Viaje en autobús, de Josep Pla

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Si cualquier viaje es en realidad un recorrido interior, su trascendencia no puede medirse en kilómetros, sino en emociones. Viaje en autobús representa la grandeza de la aventura modesta, carente de "mosquitos, leones, chacales, ni objeto alguno sorprendente o raro". Ese exotismo que se desprende también de lo cotidiano, pero que suele pasar desapercibido.

Josep Pla, el escritor ampurdanés que ejerció la "amarga" profesión del periodismo, recorre la Cataluña de posguerra, para diseccionar a sus paisanos de una manera incisiva y mordaz, y ofrecernos una obra imperecedera en forma de crónica.

Cinco viajes al infierno, de Martha Gellhorn

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La escritora y periodista estadounidense Martha Gellhorn está considerada como una de las corresponsales de guerra más importantes del siglo XX, aunque uno de sus mayores méritos fue no dejarse eclipsar por la sombra de su marido, el excesivo y etílico Ernest Hemingway, con quien estuvo casada durante cinco años.

Feroz opositora del fascismo que se cernía sobre Europa como un fantasma aciago, intentó siempre denunciar la injusticia y retratar el sufrimiento de la gente corriente, desde una visión tan afilada como humana. En su libro Cinco viajes al infierno, Gellhorn rememora algunas de sus peores experiencias viajeras. Porque en los viajes, que no dejan de ser una metáfora de la vida misma, quizá de lo malo se pueda aprender más que de lo bueno.

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