El del puesto fronterizo de Medyka, en Polonia, es el primer "punto azul" que instala Unicef. En esta tienda de campaña, que tiene calefacción, hay camas para que las mujeres puedan descansar, zona de lactancia, asistencia psicológica, y kits de recreo y escolares para los niños.
Ana Garralda, portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, nos cuenta que a estas cajas con material escolar las llaman "una escuela en la maleta". "Tienen material didáctico para hasta cuarenta niños", explica, "tienen bolígrafos, pizarras y todo lo que necesitan para montar en poco tiempo una escuela". Algo imprescindible para Unicef, dice Garralda, porque los niños ucranianos se han visto privados de educación por la guerra, pero antes también por la pandemia.
La especial preocupación de Unicef es la situación de los menores no acompañados. "Sabemos ha habido casos de intentos de trata", nos explica Ana Garralda. "Sabemos que los niños pueden sufrir abusos sexuales y que incluso puede haber mafias que se aprovechen de estas familias que les ofrezcan desplazamiento a un lugar seguro y para ello que tengan que pagar una barbaridad de dinero". Fundamental en los niños que van solos es trabajar en su identificación, para que puedan volver con los suyos cuanto antes.
Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - RNE en la frontera | UNICEF instala el primer 'punto azul' en la frontera polaca - Escuchar ahora
También las madres necesitan una atención especial. "Llegan exhaustas a estos puestos", cuenta Garralda. "Dentro de la tienda justo acabamos de hablar con una chica que ha llegado hace muy pocas horas. Había bombardeos en su ciudad natal y han salido corriendo. Y no tenían intención de salir de Ucrania". Unicef advierte que la guerra y sus consecuencias van a perdurar y por eso pide a sus donantes y todas las personas que se vuelquen en esta crisis humanitaria, que no lo tomen como una emergencia en un corto espacio de tiempo y que la ayuda sea duradera.