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'Flee', la desgarradora historia de un refugiado afgano que ha hecho historia en los Oscar

  • Está nominada a los Oscar a mejor película de animación, mejor documental y mejor cinta internacional

  • Dirigida por el danés Jonas Poher Rasmussen, llega a los cines el 18 de febrero

JESÚS JIMÉNEZ
7 min.

Nunca en la historia de los Oscar una cinta había estado nominada a mejor película de animación, mejor documental y mejor película internacional. Un hito que ha conseguido Flee, del danés Jonas Poher Rasmussen. Un sorprendente y emocionante documental animado que cuenta la historia real de un refugiado que logró huir de Afganistán ante la llegada de los Talibanes (en 1996). Una de las películas más premiadas del año, que llega a los cines españoles este 18 de febrero.

Posiblemente, el estar nominada en las tres categorías le reste votos. En la de mejor película internacional lo tiene complicado frente a la gran favorita, la japonesa Drive my car, pero pensamos que en las otras dos podría dar la sorpresa. Sobre todo en la de animación, donde en las últimas 10 ediciones, solo Rango y Spiderman han sido capaces de arrebatar el galardón a la mejor película a Disney-Pixar, que este año tiene nada menos que tres finalistas: Luca, Encanto y Raya y el último dragón. La quinta nominada es Los Mitchell contra las máquinas, otro gran título. Aunque todas son estupendas películas, nosotros nos quedamos con el dramatismo de Flee y la locura de Los Mitchell.

De momento, Flee ya ha hecho historia, porque a esas tres candidaturas a los Oscar hay que sumar las nominaciones a los Globos de Oro, los Bafta y los Annie, e importantes galardones como el premio del jurado en Sundance, mejor película en Annecy, mejor documental y película de animación en los premios del cine europeo... y así hasta más de 60 premios internacionales.

Flee llega a los cines españoles este viernes, 18 de febrero, y os recomendamos que no os la perdáis.

¿Por qué 'Flee' es tan interesante?

Seguramente os preguntaréis por qué es tan interesante esta película.

Primero: Porque cuenta la emocionante historia real de la huida de una familia que huye Afganistán con la llegada de los talibanes (en 1996), y que pasa por mil peripecias durante más de cinco años (la mayor parte de ese tiempo lo pasan en Moscú, como refugiados ilegales, escondidos en un diminuto apartamento y temiendo ser devueltos a Afganistán donde lo más seguro es que fueran asesinados).

Segundo: Porque es un sobrecogedor relato en primera persona de Amin, que apenas era un chaval cuando tuvo que huir de su casa y que tuvo que renunciar a su propia identidad para conseguirlo. Y que pasará casi toda su vida (y toda la película) buscando un lugar al que poder llamar hogar.

Tercero: Porque Amin era gay en una época en la que esa palabra ni existía en Afganistán. Por lo que la película también es una historia de autodescubrimiento. Y, además, prácticamente sigue sin haber películas de animación protagonizadas por personajes gays (Por mucho que nos empeñemos en sacar a Elsa del armario)

Y cuarto: Porque con todos esos elementos y una estupenda animación, el director expande las fronteras del documental, construyendo una apasionante historia de supervivencia y de amor familiar en la que prevalecen las emociones y que huye de la sensiblería, consiguiendo que una historia que podría ser durísima, se convierta en una experiencia casi poética que, eso si, nos hará pensar y reflexionar.

Una gran historia que nos recuerda las mil y una calamidades que sufren los inmigrantes para conseguir llegar a Europa, huyendo de la guerra y de la miseria. Un viaje que a muchos les cuesta la vida.

Fotograma de 'Flee'

El director y el protagonista son amigos de la adolescencia

Lo más curioso es que esta historia nació hace 25 años, cuando el director, el danés Jonas Poher Rasmussen, apenas tenía quince. Fue entonces cuando un refugiado adolescente (Amin) llegó a su barrio y se hicieron amigos. "En esos 25 años nunca me contó cómo o por qué llegó a Dinamarca" -confiesa el director-. De hecho, durante la mitad de su vida, Amin evitó contarle a nadie su historia, hasta que un día se abrió a su amigo.

Jonas, que procede de una familia judía que huyó de Rusia a finales del Siglo XX para escapar de la persecución, se sintió identificado enseguida con la historia de Amin y las razones de por qué se la había ocultado a todo el mundo durante décadas. "Entendí lo que es tener un secreto profundo que no puedes compartir con nadie, pero que siempre será una presencia silenciosa en las relaciones de esa persona y en su vida en general", confiesa el director.

Amin quería contar sus vivencias, pero no se sentía seguro e incluso temía por su vida y la de su familia. Por eso, aunque Jonas empezó a grabar su historia en cintas de audio, no podía hacer nada con ellas. Hasta que se le ocurrió la idea perfecta para transmitir la historia: recrear mediante la animación las vivencias narradas por Amin. Por eso Amin no es el nombre real del protagonista, aunque si lo es la voz que escuchamos durante toda la película y cuyos testimonios ilustra luego Jonas con animación e imágenes de archivo.

Fotograma de 'Flee'

Arte y vida

La película combina el arte de la animación con la vida, con la realidad del documental. Por eso nos gustaría destacar también la mezcla de esas imágenes documentales con una preciosa animación en dos estilos muy diferentes.

Por un lado, tenemos la animación convencional en color 2D para mostrar los sucesos reales del pasado de Amin, que ocupan la mayor parte de la película.

Y por el otro, lo más original y destacable de la película: esas secuencias, más gráficas y abstractas, con los que Jonas recrea los sucesos traumáticos de la vida de Amin, sobre todo las desgarradoras escenas de su familia huyendo de Moscú y cayendo en las garras de los traficantes de refugiados.

Fotograma de 'Flee'

Pero para que quedara claro que, ante todo es una historia real, Jonas Poher Rasmussen dedicó un gran esfuerzo a buscar imágenes de archivo de la vida cotidiana en Afganistán y Moscú durante las décadas de 1980 y 1990, y las incorporó al montaje. "Quería dejar claro que esto es un documental. Esas imágenes crean un contexto histórico para la película, pero también le dicen al público que esta historia es real, no es ficción" -asegura el director-.

Resumiendo, una película que narra la tragedia de los refugiados en primera persona de una forma original y casi poética, de manera que es imposible no enamorarse de la familia protagonista y compartir con ellos las mil y una peripecias que padecen. Pero en la que la esperanza y la belleza sobresalen sobre una historia dura que ha marcado la vida de sus protagonistas para siempre. Arte y vida en uno de los grandes títulos que podréis ver en los cines en este 2022.

Fotograma de 'Flee'

Documental y animación

Flee se suma a dos grandes películas de animación recientes que han tratado el tema de Afganistán desde otro interesante punto de vista: la opresión de la mujer por el régimen talibán: El pan de la guerra (Nora Twomey, 2017), que también fue finalista a los Oscar, y Las golondrinas de Kabul (Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mévellec, 2019).

Destacar, además, que la unión del cine documental y la animación nos está ofreciendo grandes títulos en estos últimos tiempos, como Vals con Bashir (Ari Folman, 2008), que trataba sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en 1982; o La imagen perdida (Rithy Panh, 2013), sobre la dictadura de los jemeres rojos y el genocidio en Camboya. Ambas nominadas al Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Aunque no fuera un documental exactamente, en 2019 también se estrenó Funan (Denis Do), en la que el realizador francés (de origen camboyano) también relataba ese genocidio en Camboya partiendo de su propia experiencia y de la de su familia.

Y, por supuesto, destacar la española Un día más con vida (Raúl de la Fuente, Damian Nenow, 2018), que recrea el viaje del periodista polaco Ryszard Kapuściński a Angola, en 1975, con el país inmerso en una guerra civil. Una gran cinta que consiguió el Goya y el Premio del Cine Europeo a la mejor película de animación.

Son solo unos ejemplos de la importancia que está adquiriendo el cine de animación a la hora de contar historias reales que necesitarían presupuestos desorbitados. Sin olvidar que la animación es ideal para transmitir las emociones.

Fotograma de 'Flee'

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