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La crisis de suministros golpea a la construcción: "A veces es mejor abandonar la obra, los números no salen"

  • Las empresas se enfrentan a precios disparados de las materias primas, desabastecimientos y retrasos en las entregas

  • El encarecimiento de la madera o el acero se explican por importantes cambios en la oferta y demanda global

SOFÍA SOLER
7 min.

Un parquetista recibe un encargo para instalar suelo de pino en un apartamento. Mide el espacio, concreta los detalles y cierra el presupuesto con el cliente. Pero cuando contacta con sus proveedores para encargar la madera, recibe el aldabonazo: la materia prima se ha encarecido y llegará más tarde.

Situaciones como esta se han repetido con otros materiales de construcción (acero, hierro, aluminio, PVC, vidrio…), en pequeñas reformas y grandes obras públicas, según el sector. Son "momentos difíciles", cuando la reactivación tras el confinamiento por la pandemia de coronavirus prometía viento a favor. "A veces es más fácil, rentable y prudente abandonar una obra, no ejecutarla, porque los números no van a salir y ponen en peligro la viabilidad de la empresa", asegura Pedro Fernández Alén, presidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), en declaraciones a RTVE.es.

14 horas - El encarecimiento de la energía, el transporte y las materias primas lastran al sector de la construcción - Escuchar ahora

El problema: "desabastecimiento" y "un incremento inusual de los precios"

El 40 % de las empresas han tenido que cancelar algún contrato o paralizar alguna obra por la crisis, según una encuesta realizada por la organización empresarial durante el verano, que cifra en un 22 % el aumento del coste total de las obras. La mayoría de las empresas han experimentado un “incremento inusual de los precios, sobre todo en la madera, el acero, el aluminio o el hierro” y han sufrido "desabastecimiento o retrasos en la entrega de la mercancía".

El presidente de la CNC concreta que este "incremento de precios y desabastecimiento está siendo desigual", pero afecta en particular a los materiales importados. Los dos problemas van de la mano y conectan con la crisis mundial de suministros; son el resultado del atasco en el comercio marítimo y la interdependencia internacional.

"La reactivación en los países de donde vienen las materias primas no ha sido tan rápida como se esperaba", desarrolla Fernández Alén, a lo que agrega un "incremento del precio de los fletes" marítimos. Finalmente, la actual crisis puede achacarse a un impulso de la construcción y, en consecuencia, de la demanda de estos materiales debido a la "importante inyección de liquidez que se ha producido en los diferentes países por los planes de recuperación". La embestida llega, especialmente, desde China y Estados Unidos.

El mercado internacional dispara los precios de acero y madera

El acero lidera el alza de precios en el último año, si atendemos a los datos oficiales del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. A este respecto, en una carta enviada a la Comisión Europea, la Federación Europea de la Industria de la Construcción (FIEC, por sus siglas en inglés) alertaba de que China está "acaparando" acero. El país asiático representa más de la mitad de su producción y consumo mundial, con especial importancia en ello del sector de la construcción.

En cambio, desde la Confederación Nacional de la Construcción ponían el foco en el precio de la madera, que llegó a aumentar hasta un 125 %, por delante de la piedra (68 %) y el cobre (63 %), según el estudio del verano. "Ha sido un crecimiento global, que se ha producido en todas las especies, pero no ha sido homogéneo", especifica Almudena García, presidenta de la Asociación Española del Comercio e Industria de la Madera (AEIM), quien destaca la apreciación de las especies coníferas.

La situación de la madera, que ya comienza a mostrar signos de estabilización tras la súbita subida, se relaciona con la "tendencia alcista en el consumo" de bienes para el hogar después del confinamiento, lo que provocó un desajuste en la oferta y la demanda. Sin embargo, de nuevo, el factor internacional es clave para entenderlo.

Así, García explica que Rusia, importante exportador de troncos, ha tomado la decisión estratégica de fomentar que esa materia prima se manufacture o transforme en su propio país. El movimiento de esta ficha se ha trasladado muy rápidamente al resto del tablero, siendo China uno de sus principales compradores hasta el momento. "Los países asiáticos están viniendo a Francia y Alemania a llevarse madera pagando muchísimo más que lo que podemos pagar los transformadores europeos", ilustra la presidenta de AEIM, mientras la Federación Europea de la Construcción lamenta también fenómenos naturales, como las plagas de escarabajos de la corteza, y los aranceles de Estados Unidos a la madera canadiense.

¿Hasta cuando?

Con todo, las fuentes consultadas coinciden en que los mercados deberían estabilizarse en el "medio plazo". Judit Montoriol-Garriga, analista económica de CaixaBank Research, aclara que "los cuellos de botella en las cadenas de suministro global" no son cuestión de un mes o dos meses más. "Es difícil que se pueda solucionar tan rápidamente, pero sí pensando a seis meses vista", especifica.

"Nos encontramos con una demanda muy fuerte y una oferta que ha reaccionado, pero que no ha podido adaptarse tan rápidamente", expone Montoriol-Garriga, quien también relaciona el aumento del consumo con las políticas fiscales y monetarias desplegadas en todo el mundo para estimular la economía. "Estos factores que impulsan la demanda irán a menos, se irá normalizando la demanda y, luego, la oferta, a la que le cuesta un poco más reaccionar".

Igualmente, la Confederación Nacional de la Construcción "espera" una estabilización futura, aunque su presidente no se atreve a concretar si será a medio o largo plazo. "Te levantas por la mañana y no sabes qué habrá ocurrido, un volcán, crisis aquí, crisis allá…", valora.

El impacto en el precio final de las viviendas

Esta "naturaleza transitoria" que se presume al alza de precios es la primera de las razones para pensar que la crisis no se traducirá en un encarecimiento de la vivienda, según Montoriol-Garriga, coordinadora del Informe Sectorial Inmobiliario en CaixaBank Research. En segundo lugar, dependerá de la capacidad de promotores y constructoras de "absorber" parte de ese incremento de costes temporal, a costa de sus márgenes. Y en último término, debemos prestar atención el peso que realmente tiene el coste del material sobre el precio final de la vivienda, que no es igual en todos los casos.

"El precio del suelo puede llegar a ser el 60 % del precio final de la vivienda en zonas prime. En estas localizaciones el coste del material es una porción relativamente pequeña y, por lo tanto, el alza de los costes de los materiales tampoco repercutirá tanto. En cambio, en zonas rurales o en el extrarradio, donde el precio del suelo pesa menos y el material más, puede tener un impacto mayor", argumenta la economista, quien cree que hay que tomar estos tres factores “en conjunto” y recuerda que el actual aumento de precios de la vivienda obedece a una mayor demanda.

Tiempos "difíciles" para muchas empresas

La crisis ya ha golpeado a muchas de estas empresas, como denuncia la Confederación Nacional de la Construcción. "Nos hemos encontrado que nuestros clientes tenían los acuerdos firmados y, cuando trabajas para la administración, tienes unos precios fijados", cuenta, por su parte, la presidenta de AEIM y empresaria, Almudena García. "Ha sido difícil para las empresas de siempre, las que no estamos especulando. Las empresas tradicionales trabajamos mejor en un escenario de estabilidad".

La CNC coincide en que las dificultades se concentran en las obras públicas, menos flexibles a cambios de plazo y presupuesto. "La administración está siendo razonable, porque no está imponiendo penalidades", reconoce Fernández Alén, si bien pide "buscar remedios" para reducir estos riesgos. Para el presidente de la patronal, el "desabastecimiento y el incremento de precio no puede asumirlos solo el contratista", por lo que defiende la necesidad de un "sistema de reequilibrio económico del contrato" que reparta los sobrecostes entre la administración y el licitante.

En cualquier caso, la economista Montoriol-Garriga recuerda que el sector de la construcción parte de una "situación financiera muy buena", con un mercado inmobiliario "muy atractivo" para la demanda extranjera y nacional. "Hay mucho recorrido para seguir invirtiendo en el sector", asegura.

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