En plena crisis migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, donde se concentran miles de migrantes, el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ha amenazado con cerrar el flujo de gas natural que pasa por su país hacia la Unión Europea. "Estamos calentando Europa, y ellos todavía nos amenazan con cerrar la frontera. ¿Y si nosotros cerramos el gas natural ahí?", ha comentado Lukashenko, según publica la agencia de noticias estatal Belta, y recoge Reuters.
El gasoducto Yamal conduce el combustible desde Rusia, a través de territorio bielorruso, hasta Polonia y Alemania. Cuando se acerca el invierno, estos países son aún más dependientes del gas ruso, más aún cuando ha alcanzado precios récord en el mercado europeo. "Demasiada gente intenta asustarnos con un quinto paquete (de sanciones comunitarias). Le ordeno a Román Alexandrovich (primer ministro) que no les perdonemos nada" a los países miembros de la UE en respuesta. "Así que recomendaría a los líderes polacos, lituanos y a otra gente sin cabeza que piense antes de hablar", ha añadido.
“Al defender nuestra soberanía e independencia no debemos detenernos ante nada“
"Si nos imponen sanciones adicionales, indigeribles e inaceptables para nosotros, debemos responder", ha recalcado Lukashenko, quien también ha advertido sobre un posible cierre del tránsito a través de Bielorrusia. "¿Y si nosotros cerramos el tránsito a través de Bielorrusia? Allí la frontera rusa está cerrada. No hay carreteras a través de los Estados bálticos. Y si nosotros la cerramos para los polacos o los alemanes, ¿qué pasará entonces?", se ha preguntado. "Al defender nuestra soberanía e independencia no debemos detenernos ante nada".
La Unión Europea ha acusado a Bielorrusia de un "ataque híbrido"
La UE ha acusado a Bielorrusia de llevar a cabo un "ataque híbrido" a través de su frontera con Polonia, Lituania y Letonia usando a los migrantes traídos desde Oriente Medio, y ha anunciado más sanciones que se suman a las que ya están en vigor por las elecciones de 2020, consideradas fraudulentas, y la represión a la oposición. Bruselas anunció a comienzo de esta semana la intención de intensificar los contactos con socios "clave" en la región de Oriente Próximo para "poner fin a la instrumentalización sin escrúpulos" de migrantes.
Los Veintisiete ultiman una nueva revisión de las sanciones que impone a Bielorrusia que ya estaban en marcha antes de este último pulso entre Bruselas y Minsk, pero los Estados miembro exploran ir más allá, como ha pedido Polonia, y estudiar sanciones económicas más duras o medidas coercitivas también contra las aerolíneas que mantengan sus rutas a Minsk pese a todo. El Ejecutivo comunitario considera vital cortar el tráfico aéreo entre Minsk y países terceros que son origen o tránsito de gran parte de los migrantes y demandantes de asilo que huyen de conflictos en la región de Oriente Próximo.
Un hombre lleva ramas sobre su hombro
Por su parte, ONG y periodistas han denunciado que las autoridades polacas les impiden el acceso a la zona fronteriza en donde se están concentrando los migrantes que tratan de cruzar a Polonia y alerta de que Varsovia está realizando devoluciones en caliente, expulsando a los migrantes hacia Bielorrusia e impidiendo que presenten demandas de asilo. En este sentido, el Ejecutivo comunitario ha reiterado su llamamiento para que se permita dicho acceso de ONG y se garantice que las personas reciben la asistencia necesaria.
Polonia mantiene a 15.000 efectivos desplegados en la frontera con Bielorrusia, entre militares, Guardia Fronteriza, policías y reservistas.