Chema García Ibarra (Elche, 1980) es un director, guionista y productor de cine que ha triunfado con sus cortometrajes en los mejores festivales de todo el mundo, como Cannes o Sundance . El más conocido es El ataque de los robots de Nebulosa-5 (2009), que también consiguió la preselección al Óscar y el Goya, y ganó el Méliès de Oro al mejor cortometraje fantástico europeo… En Sevilla ha presentado su primer largometraje, Espíritu Sagrado, que, de momento, ya ha conseguido una mención especial en el Festival de Locarno. La película cuenta con la participación de RTVE y se estrenará en cines el 26 de noviembre.
Espíritu Sagrado cuenta la historia de José Manuel y el resto de miembros de la asociación ufológica Ovni-Levante, que intercambian información sobre mensajes extraterrestres y abducciones. Julio, su líder, muere inesperadamente, dejando a José Manuel (Nacho Fernández) como el único conocedor del secreto cósmico que puede alterar el porvenir humano. Mientras tanto en España se busca a una niña que desapareció hace semanas…
Una película estupenda pero que es difícil de definir, como reconoce Chema: “Ese es uno de los objetivos que tenía yo con con la película. Hace una semana tuve como una reunión con la distribuidora y me preguntaron que qué género le ponían: comedia, drama, ciencia, ficción, thriller… Y no sé qué decir, lo que me gusta mucho es que la película sorprenda constantemente, que haga reír, que inquiete… que sea inclasificable”.
"Ilicitanismo fantástico"
Lo que no se puede negar es que gracias al corto mencionado y a otros trabajos como Protopartículas, Misterio, La disco resplandece o Leyenda dorada, Chema se ha creado su propio universo. “Yo lo definiría como ilicitanismo fantástico, ciencia ficción doméstica, documental de ultra ficción… Me gusta esa mezcla y rodar con actores no profesionales, sobre todo gente de Elche, que es donde yo vivo. Es un universo de muchísima ficción y todo es muy enrevesado, pero, a la vez, parece un documental, porque los espacios son reales. Me gusta mucho esa mezcla entre realidad y ficción donde la gente usa sus propias palabras, pero para decir lo que yo he escrito que ya no usa mis palabras, sino las ideas que yo he escrito. Ese es el punto que quiero conseguir, entre fantástico y lo doméstico”.
Pero bajo esa fachada de comedia costumbrista, la película habla de temas tan interesantes como la maldad del ser humano o el desencanto existencial. “Yo quería que esta película tuviera como una especie de vaivén emocional -confiesa-, que fuera muy divertida, pero a la vez, muy oscura. Y por eso tenía que irme a lugares muy complicados de habitar y de contar. Por eso no quería colocar asideros de género en la película, sino que el espectador vaya un poco libre, que se encuentre en una especie de tobogán en el que no tenga donde agarrarte y le lleva a lugares, aunque no quiera ir”.
Una historia en la que los extraterrestres no son necesariamente los malos. “En El ataque de los robots… ya planteaba esa idea de que el ser humano puede ser peor que cualquier extraterrestre, una idea clásica de la ciencia ficción. En estas historias al final te das cuenta de que es más difícil sobrevivir fuera del refugio que dentro, con otros seres humanos, porque la amenaza real es la maldad humana. A mi me gusta mucho el final del corto cuando el chaval dice esa frase: “Me apetece estar solo”, porque el corto va sobre el apocalupsis, pero esa amenaza va a serlo que le va a permitir un poco de descanso y estar más tranquilo”.
La ciencia ficción es una atmósfera, un lenguaje
Preguntamos a Chema cómo se puede hacer ciencia ficción sin grandes efectos especiales ni abultados presupuestos: “Yo concibo la ciencia ficción como una atmósfera, una especie de lenguaje. Son como conceptos que se pueden lanzar de muchas formas. Para hacer una película sobre robots no tienen por qué aparecer robots, basta con que se hable de ellos”.
“Por eso -añade- a mí me interesa la ciencia ficción como algo poético, misterioso. Me gustan mucho esos conceptos que usa el género y que, a veces, sobrepasan un poco el entendimiento humano. Como que la mente humana llega hasta aquí y no puedes entender nada más que supere esa línea. Como el clásico viaje psicodélico de 2001, que no está hecho para que lo entienda un humano, sino que parece hecho para una inteligencia superior. Muchas veces la ciencia ficción utiliza esos conceptos que me gusta mucho. Me encanta que la ciencia ficción te lleve a sitios inesperados, como es un barrio de Elche, por ejemplo”.
“Estoy harto de ver las mismas calles de Malasaña en todas las películas”
Por eso Chema ha rodado la película en su barrio, en Carrús (Elche). Lo curioso es que haya logrado triunfar en un gran festival internacional como Locarno. “Creo que uno de los valores de la película es que se ha rodado en lugares donde probablemente nunca había estado una cámara de cine. Las películas suelen suceder en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Y me gusta mucho ver otras arquitecturas, otros lenguajes, otros acentos, ropas, comidas… Otra forma de vivir que no sea la de la misma calle empinada de Malasaña que veo en ochocientas películas”.
“Y creo que eso -añade- también se valora internacionalmente, porque aporta algo nuevo, una especie de frescura que puede valorar cualquier público, desde Suiza hasta la India”.
“Pienso -continúa-, que mucha gente está un poco harta de ver y escuchar siempre lo mismo. Por ejemplo, ese castellano limpio, sin acentos. Hay muchos actores que vienen de lugares como Murcia, como Andalucía y que ensayan para no tener acento. Eso me parece terrible. Es una pérdida cultural brutal. Creo que el cine debe buscar nuevos acentos, nuevos rostros… porque la gente está harta de ver siempre lo mismo”.
Actores no profesionales
Otra de las cosas más interesantes de la película es que sus protagonistas no son actores profesionales. “No queríamos actores y por eso no usamos la palabra casting -confiesa Chema-, hicimos una oferta de trabajo para trabajar en una película, pero la difundimos como si fuera para trabajar en un restaurante o una fábrica. Queríamos que se apuntara gente a la que nunca en su vida se le ocurriría apuntarse a un casting”.
“También indicamos que no hacía falta ningún tipo de experiencia y que cualquier tipo de físico estaba bien, porque pensamos que se suele asociar el hecho de ser actor con cierta belleza física. Y al final se apuntaron unas tres mil personas”
Entre ellas Nacho Fernández, que acabaría interpretando al protagonista. “Antes de la película trabajaba de vigilante nocturno en un parking y después en un Leroy Merlin -nos cuenta Chema. Es una persona de la zona a la que elegimos porque tenía una mirada muy especial y una voz con unos tonos que me llegaba mucho”.
“Además -añade- le interesaban los temas de ocultismo, esoterismo, hablaba como muy tranquilo y tenía unos tics, como en el ojo, que me interesaban mucho. Todo eso le daba una gran humanidad y me pareció, como pasó al final, que iba a ser muy fácil trabajar con él. Ha sido una absoluta revelación y, para mí, ha sido una gozada trabajar con él”.
¿Por qué ya no se habla de OVNIS?
Preguntamos a Chema por qué, justo ahora que todo el mundo tiene móvil, parece que ya no hay avistamientos de OVNIS. “Para hacer esta película me he leído el 80 por ciento de los libros sobre ufología que se han publicado en español. Me interesa muchísimo la ciencia ficción como hecho de ficción y literario y cinematográfico”.
“Me interesan mucho los avistamientos de OVNIS -añade-, pero no el OVNI en sí, ni cómo es, ni cuantas lucecitas tiene. Lo que me interesa es la persona que lo ve, dónde está, a qué se dedica, si le creen cuando lo cuenta, el periodista que ha investigado el suceso… todo lo que rodea al avistamiento”.
“En el mundo de la ufología -continúa- cada vez está más descartada la hipótesis extraterrestre, que se dio en un momento dado, de que los OVNIS tenían que venir de otros planetas. En la Edad Media se veían dragones, hadas… Al final siempre había habido una especie de avistamiento de algo que tiene que ver con la luz, con cierto movimiento… y la explicación de ese algo se adapta al espíritu de cada época. Puede ser un hada, un dragón o un platillo volante”.
“Por eso hay una corriente muy interesante de la ufología que ya ha rechazado por completo que sean extraterrestres, y lo que hace es estudiar como un único objeto, todos los avistamientos, incluyendo apariciones marianas de la Virgen e incluso espiritismo. Todo eso es un único fenómeno; no hay que diferenciar. Y se investigan las implicaciones psicológicas, sociológicas, físicas… Es un mundo muy interesante, la verdad”.
“Es muy fácil, y muy poco científico, decir que absolutamente todo el mundo que ha visto algo estaba teniendo una alucinación, estaba borracho o miente -añade el director-. Hay tantos avistamientos que es imposible que todos provengan de una especie de fraude. Realmente tiene que haber algo y la cuestión es si ese algo hay que buscarlo en el mundo físico o más por razones sociológicas o psicológicas globales, digamos, no individuales. Eso es una cosa muy bien, muy interesante, la verdad Yo creo en la palabra de la gente que ha tenido estos avistamientos, pero no creo que su origen sea extraterrestre para nada”.
En cuanto a las teorías conspiranoicas, tan de moda últimamente, Chema asegura que: “Es un poco lo mismo, me interesa la persona que las mantiene y cómo ha llegado a ellas, más que las propias teorías, que suelen ser absurdas o se usan para intentar dar una explicación satisfactoria a la banalidad del mal. Como las teorías que han proliferado sobre el coronavirus; porque hay gente que prefiere creer que hay algo oscuro detrás, ya que eso le produce cierto alivio, antes que pensar que todo haya podido deberse a una serie de desgracias casuales”.
“Y hay teorías tan enrevesadas que son hasta bellas y poéticas -añade el director-. Pero me interesa, sobre todo la gente que cree en ellas y por qué; cómo ha llegado a eso, su contexto, cuál es su educación, si han vivido siempre inmersos en esas teorías… eso me interesa mucho”.
Tras el previsible éxito de esta película, Chema García Ibarra trabaja ya en la segunda. “Va a girar en torno a un grupo de música de Black Metal que se mete en un bosque sombrío, para hacerse una foto para la portada de su disco, y se pierde… Y hasta ahí puedo leer”
Espíritu Sagrado llegará a los cines el próximo 26 de noviembre.