Las primeras lluvias de otoño desatan la berrea de los ciervos. Los machos tratan de atraer a manadas de hembras para reproducirse en el único momento de actividad sexual de estos animales en todo el año. En la parte pública del Parque Nacional de Cabañeros habitan unos 3.000 ciervos, lo que hace de este lugar uno de los mejores sitios de España donde poder contemplar este fenómeno natural.
Lucha de machos
Los ciervos emiten su característico sonido para demostrar su fuerza, su bravura, su valía. Es la manera que tienen de espantar o desanimar a otros machos para demostrarle a las hembras que son los idóneos para la reproducción. Según Ángel Gómez, director del Parque Nacional de Cabañeros, “las hembras son capaces de deducir, por el tipo de voz que tiene cada ejemplar, si es un macho grande, pequeño, si tiene experiencia o no”.
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Pero no es la única forma que tienen de medirse. También lo hacen con la lucha, enfrentando sus cornamentas: “Cuando no hay más solución pasan de las voces a los hechos y se producen los combates. Generalmente, un par de machos de tamaño similar se emparejan, hacen unos metros uno al lado de otro y se produce el combate.” explica Ángel. El vencedor agrupa a varias hembras, sus harenes, a las que mantiene controladas hasta el momento de la copulación.
Buen año de nacimientos
La berrea se produce en otoño para que las crías nazcan en Mayo, momento óptimo de vegetación para que estén bien alimentadas y crezcan sanas y fuertes. Este año el tiempo acompaña. Las primeras lluvias de la estación han engordado la bellota -su principal alimento en esta época-, y cuenta Ángel que esto va a tener buenas consecuencias ya que “los ciervos van a poder comer este fruto que es pura energía y van estar en mejor forma física tanto para los combates como para gestación, por lo que anticipa que va a ser un buen año de nacimientos el año que viene.”
Reclamo turístico
El Parque Nacional de Cabañeros es uno de los mejores lugares para disfrutar de la berrea, que cada otoño atrae a entre 15.000 y 20.000 visitantes, siendo el principal reclamo turístico en esta época. Las visitas guiadas duran unas 3 horas y ofrecen un recorrido por el terreno, en el que habitan unos 3.000 ciervos. Se suceden desde el amanecer y hasta el atardecer, momentos en los que se puede escuchar el sonido de estos animales, y contemplar las luchas, en su máximo esplendor.