El partido ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) volverá a sentarse en el Parlamento alemán a pesar de su retroceso en las elecciones celebradas este domingo, en las que según las proyecciones del sondeo de la televisión pública lograrían un 10,5%, dos puntos menos que en 2017, cuando lograron entrar en el Parlamento por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, a pesar de perder terreno, sus dirigentes se han mostrado satisfechos y han calificado el resultado de "éxito". "Se habló de que cuatro años después estaríamos fuera del parlamento y estamos otra vez por encima del 10 por ciento, es un éxito", ha manifestado la copresidenta del grupo parlamentario, Alice Weidel.
Según Weidel, su formación ha afrontado una campaña difícil en la que se había intentado aislar a AfD tanto desde los otros partidos como desde los medios de comunicación, pese a lo cual habían quedado claramente por encima del umbral del 5,0%, necesario para obtener representación parlamentaria.
De tercera a quinta fuerza
La AfD dejará de ser el tercer grupo parlamentario para convertirse en el quinto, tras ser superada claramente por Los Verdes y ligeramente por el Partido Liberal (FDP). Según Weidel, la AfD también se vio afectada por la polarización de la campaña entre el candidato conservador, Armin Laschet, y el candidato socialdemócrata, Olaf Scholz.
Las proyecciones del sondeo a pie de urna ofrecen un empate técnico entre los socialdemócratas del SPD y el bloque conservador de la CDU-CSU, con ligera ventaja para los primeros. Esto abre la puerta a un tripartito en el que los Verdes y los Liberales de la FDP tendrá la llave de la gobernabilidad.
Sin embargo, la AfD no entra en ninguna de las quinielas, debido a que todas las fuerzas políticas han suscrito un pacto tácito para dejar fuera a la ultraderecha de cualquier posible negociación.