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Las niñas de Ceuta no quieren volver a Marruecos: explotadas, violadas o forzadas a casarse

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  • Desde 2018 se ha disparado la llegada de niñas y adolescentes solas a la frontera sur

  • Ser mujer, migrante y menor no acompañada supone una triple vulnerabilidad

MINERVA OSO (RNE)
5 min.

Casi un centenar de niñas cruzaron a Ceuta durante la crisis fronteriza de mayo. Pasaron prácticamente desapercibidas entre el millar de menores que entraron esos días en la ciudad autónoma. No era fácil verlas en las calles, que sin embargo, estaban abarrotadas de jóvenes y adolescentes deambulando. Salima era una de ellas, llegó nadando, con su móvil y sus pocas pertenencias plastificadas. Cuando nos encontramos con ella llevaba solo unos días en España. Contaba angustiada cómo había salido huyendo de un lugar hostil: "En Marruecos no hay hospitales, ni trabajo para los jóvenes, ni escuela para los niños, ni nada más".

La familia, en muchos casos, es un lugar de riesgo. En ella sufren violencia y abusos sexuales

Desde 2018 se ha disparado la llegada de niñas y adolescentes solas a la frontera sur. Ser mujer migrante y menor no acompañada supone una triple vulnerabilidad. "Solo el hecho de ser mujer es un factor de riesgo en el contexto migratorio", asegura Zineb Emrane, coordinadora de Save The Children en Melilla. Ella ha estado todos estos meses entrevistando a los menores que entraron en Ceuta los días 17, 18 y 19 de mayo.

"El miedo, huir del miedo del país de origen es lo primero que nos encontramos al hablar con ellas, la incertidumbre, el estar muy perdidas. No sabían a donde venían, pero sí que huían de una situación de riesgo constante en su país de origen". La familia, en muchos casos es un lugar de riesgo, añade Emrane, porque allí sufren violencia, abusos sexuales o son vendidas para trabajar en el servicio doméstico.

"Ninguna de las niñas ha expresado su voluntad a volver a su casa, a su país de origen"

La Organización Save The Children tiene un equipo trabajando para detectar situaciones de vulnerabilidad entre las menores. Después de entrevistar a 85 niñas y adolescentes han localizado casos de explotación laboral o sexual, matrimonios forzosos o vulneración de sus derechos. "El 4% son personas LGTBI que sufren violencia por esta causa". "Ninguna de las niñas ha expresado su voluntad a volver a su casa, a su país de origen", insiste Zineb Emrane. La legislación española y europea indica que el menor debe de ser oído antes de proceder a su repatriación. Las expulsiones de menores a Marruecos han sido suspendidas cautelarmente por un juzgado de Ceuta al no respetar la legislación vigente.

Expuestas a violencia en su país de origen, el riesgo de estas menores se agudiza tras cruzar la frontera. Con estos perfiles UNICEF descarta su repatriación. Laura Bodendoerfer, especialista de la agencia de Naciones Unidas ha trabajado en Ceuta durante estos meses. Para las repatriaciones hay que estudiar cuál es la mejor solución duradera para el menor, velar por su interés superior.

"A una niña que ha sido víctima de violencia, de abuso o explotación en su país de origen no hay que devolverla a una situación de riesgo donde estaría otra vez expuesta a este tipo de abusos. La solución duradera que mejor se adapta a su interés superior es la permanencia en España o la reagrupación con algún familiar en la península o en la Unión Europea", añade Laura Bodendoerfer, de UNICEF.

El trabajo de las ONG de Ceuta

A la espera de que se decida su futuro, algo más de 60 niñas siguen acogidas en la ciudad de Ceuta. Separadas de los niños, viven en varios recursos gestionados por la Asociación Engloba, pero sin un plan a largo plazo, ni alternativas.

"Se necesitan soluciones duraderas, un centro de acogida es una primera solución temporal, tienen que poder contar con soluciones más duraderas que se adapten a su interés superior", asegura Bodendoerfer. Las organizaciones de infancia se muestran preocupadas porque pasan los meses y no hay soluciones claras a largo plazo para estas menores, que pueden llegar a caer en la prostitución o el tráfico de personas para la explotación sexual.

La ONG Inserta Andalucía ha recibido a varios de los menores que fueron trasladados a la península. Desde su experiencia con menores extranjeros no acompañados asegura que es muy fácil manipular a estas niñas y adolescentes para que acaben en redes de prostitución.

"Son captadas en muchas ocasiones por supuestas amigas, por otras personas que ya están metidas en el mundo de la explotación sexual para aprovecharse de ellas y de la vulneración extrema en la que se encuentran", apunta Luis Ballester, miembro de la junta directiva de esta ONG de infancia y profesor de sociología de la Universidad de las Islas Baleares. "Hay experiencias similares en las que hemos podido seguir la trayectoria de estas chicas hasta llegar a situaciones realmente problemáticas".

Para evitar que esto suceda, es necesario que reciban una atención especializada e individualizada, una cuestión imposible en el actual contexto de la ciudad de Ceuta.

Salima tiene 17 años. Dice que España era una puerta abierta para estudiar y soñar sin miedo

A la espera de su repatriación, Ceuta aún no ha declarado el desamparo ni ha activado las tutelas de los menores acogidos. El objetivo del Gobierno central y de la ciudad autónoma es devolver a la mayoría a Marruecos. Una decisión que puede alargar durante meses la situación de provisionalidad que están viviendo las menores que llegaron a Ceuta en mayo. Salima nos contaba entonces que con 17 años tenía muchos sueños que no podía realizar en su país, y que España era una puerta abierta para estudiar y soñar sin miedo.

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