La Unión Europea quiere una presencia en Afganistán y mantener contactos con los talibanes si se dan ciertas condiciones, pero sin llegar a reconocer al nuevo gobierno que se forme. Así lo ha explicado este viernes el alto representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, durante la reunión que han mantenido en Eslovenia los ministros de Exteriores de la UE.
"Para apoyar a la población afgana, tendremos que relacionarnos con el nuevo gobierno de Afganistán, lo que no significa reconocimiento. Es una relación operativa", ha declarado Borrell.
Borrell ha asegurado que esta relación se incrementará dependiendo del comportamiento de los talibanes y de que el país no se convierta en "una base para exportar el terrorismo a otros países", respete los derechos humanos, el imperio de la ley y a los medios.
Afganistán debería también formar un gobierno interino con inclusión de otras fuerzas, autorizar la llegada de ayuda humanitaria y permitir que tanto los ciudadanos de otros países como los afganos que se sientan en peligro puedan abandonar el país.
"Algunos dirán que los talibanes no cumplirán las condiciones. Veremos", ha comentado el alto representante.
Evacuación de las personas que no han salido
Borrell ha justificado la necesidad de una presencia permanente de la UE precisamente para poder evacuar a estas personas "si se cumplen las condiciones de seguridad".
"Para poder llevar a cabo esta evacuación y evaluar las condiciones hemos decidido trabajar de forma coordinada, coordinar los contactos con los talibanes, incluyendo una presencia conjunta de la UE en Kabul", ha declarado.
Cada país de la UE decidirá "de forma voluntaria" qué personas en situación de riesgo quiere aceptar "bajo su protección”.
Además, la UE iniciará una "plataforma política regional de cooperación" con los países vecinos de Afganistán y entre sus objetivos estará el de la gestión de los flujos migratorios, la prevención de la "propagación del terrorismo" y luchar contra el crimen organizado.
Muchas agencias de ayuda internacional y ONG advierten que Afganistán afronta una grave crisis humanitaria en medio de una crisis económica provocada por la sequía y la pandemia del coronavirus. Alrededor de 18 millones de afganos (casi la mitad de la población) necesitan ayuda, según los expertos de la propia UE.