Los ministros del Interior de la Unión Europea se han reunido este martes para articular una posición común ante la posible crisis migratoria, tras la llegada al poder de los talibán en Afganistán y tratar de evitar que se repita una situación como la de 2015, cuando llegaron a Europa más de un millón de personas por la guerra civil en Siria.
En la reunión extraordinaria en la que ha participado el ministro Fernando Grande-Marlaska los ministros del Interior de la Unión Europea han acordado actuar de manera unida para "evitar que se repitan movimientos de migración ilegal a gran escala enfrentados en el pasado" y se han comprometido a preparar una "respuesta coordinada y ordenada" ante la crisis en Afganistán, con más ayuda financiera a los países de la región para que puedan acoger a refugiados.
En una declaración conjunta acordada tras una jornada de reunión en Bruselas de los titulares europeos del Interior, la UE se comprometen igualmente a incrementar el apoyo a los países en la vecindad inmediata de Afganistán "para asegurar que quienes lo necesitan reciben una protección adecuada en la región". "La mejor manera de prevenir una crisis migratoria es prevenir una crisis humanitaria", ha insistido la comisaria europea del Interior, Ylva Johansson, en la rueda de prensa final.
Para ello, la UE se compromete a reforzar su apoyo a países terceros, en concreto los fronterizos y de tránsito, que están acogiendo a elevados números de migrantes y refugiados "para reforzar sus capacidades para proveer protección, condiciones de recepción seguras y dignas y un modo de vida sostenible para los refugiados y las comunidades de acogida".
Tanto Johansson como el ministro esloveno del Interior, Ales Hojs -que ha presidido la reunión al ostentar su país la presidencia semestral del Consejo-, coincidieron en que sigue siendo posible entrar en Europa de manera legal desde Afganistán, aunque, ha recordado, quien desee pedir asilo debe solicitarlo en su primer país de llegada
La reunión se ha producido un día después de que Estados Unidos haya dado por terminada su misión en Afganistán, al retirar sus tropas, tras 20 años de guerra.
Grecia ya advirtió a mediados de agosto sobre la posible llegada de refugiados afganos a territorio europeo y apuntó que Atenas no quiere convertirse de nuevo en la puerta de entrada hacia la UE, como ocurrió hace seis años, por lo que reclamó una respuesta europea común.
El esfuerzo debe ser global
En opinión de Bruselas, el esfuerzo para acoger a demandantes de asilo afganos debe ser global y estar basado en el foro organizado en julio junto con Estados Unidos y Canadá para relanzar el proceso de acogida de refugiados a escala internacional, detenido por la pandemia.
Los Veintisiete asumieron entonces el compromiso de notificar antes de que acabe septiembre a cuántos refugiados podrían acoger durante el próximo año y la CE tiene reservados para ello 300 millones de euros, con el objetivo de reubicar a 30.000 demandantes de asilo en la UE. Esto programa está dirigido a ciudadanos de todo el mundo.
Ayuda sobre el terreno
Bruselas ha recalcado su intención de continuar proporcionando ayuda humanitaria a los afganos a través de las ONG que operan sobre el terreno mientras las condiciones lo permitan y ha anunciado que cuadruplicará su ayuda humanitaria al país este año hasta situarla por encima de los 200 millones de euros.
Otro frente de actuación que la UE quiere priorizar a raíz de la crisis afgana es la colaboración con los países de la región, que serán "los más afectados" por la huida de miles de ciudadanos afganos, tras la llegada al poder de los insurgentes.
Es la tesis que también ha defendido el Gobierno austriaco, cuyo ministro del Interior, Karl Nehammer, propuso a mediados de agosto que la mayor parte de los refugiados afganos sean acogidos en centros de deportación situados en países de la región.
En este contexto, el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, ha acelerado en los últimos días los contactos con los máximos mandatarios de Pakistán, Kirguistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán en distintas llamadas telefónicas para abordar las consecuencias de la situación de Afganistán.