El edificio que se ha derrumbado en una urbanización de Peñíscola (Castellón) y que ha provocado la muerte de un menor de 15 años, además de una persona herida y otra desaparecida, tenía 30 años de antigüedad y colapsó "bastante rápido", como si fuera "un dominó".
El director general de Calidad y Rehabilitación de la Conselleria de Vivienda, Alberto Rubio, ha detallado que el edificio de tres plantas se construyó a principios de los 90 y su proyecto data de finales de la década anterior.
Su tipo de construcción se basaba en muros de carga paralelos, uno de los cuales ha colapsado y ha arrastrado los forjados. Estos han empujado a su vez el resto de muros, "como una especie de dominó".
Según Rubio, quien coordina el equipo de este departamento de la Generalitat que se ha desplazado a Peñíscola para revisar el estado de las 18 viviendas del edificio que han colapsado y de las del resto de la urbanización Font Nova, los muros de la planta baja del edificio fueron cayendo "en cascada", por lo que se derrumbaron las otras plantas.
Ruidos y grietas antes del colapso
Aunque se trató de un proceso "muy rápido", muchos vecinos salieron por su propio pie ante la aparición de una serie de ruidos y grietas.
“Uno de esos muros ha perdido solidez, probablemente porque han cedido los cimientos, aunque eso no se sabrá hasta que no se desescombre“
"Lo que ha ocurrido es que, por alguna razón aún por determinar, uno de esos muros ha perdido solidez, probablemente porque han cedido los cimientos, aunque eso no se sabrá hasta que no se desescombre", ha apuntado Rubio.
El director general ha insistido en que estas estructuras que no son de hormigón armado, sino "muy articuladas y bastante más flexibles", colapsan "muy rápidamente".
En este sistema se construye una estructura vertical de muros de carga con bloques, y sobre esa estructura se construye el forjado con viguetas y bovedillas. Si no se toman ciertas precauciones, como elementos perpendiculares a los muros, pueden tener lugar este tipo de derrumbes. "No se puede decir ahora mismo si es algo común a más construcciones de este tipo", ha señalado Rubio.
Evaluación de las otras 37 viviendas de la urbanización
La urbanización tiene 55 viviendas, de las que 18 han colapsado. Según Rubio, se va a evaluar el estado de las 37 restantes para comprobar si es necesario adoptar medidas, si bien "no parece que requieran una actuación urgente".
La antigüedad de tres décadas del edificio es "muy poco para que haya llegado a ocurrir algo así", ha declarado. En las próximas horas se va a elaborar un informe sobre el estado de las construcciones y las posibles medidas a adoptar.