El Gobierno del Reino Unido quiere que se introduzcan "cambios significativos" en la implementación del protocolo norirlandés del Brexit y desea abordar "de manera urgente" sus planes con la Unión Europea, según ha indicado este miércoles el negociador jefe para los asuntos del Brexit, David Frost.
Sin embargo, tal y como ocurrió en junio, el vicepresidente de la Comisión Europea en materia de relaciones interinstitucionales Maros Seferovic, ha vuelto a rechazar la renegociación del protocolo para Irlanda del Norte.
"Tomamos nota de la declaración hecha por el señor Frost. Seguiremos comprometiéndonos con el Reino Unido, también en lo relativo a las sugerencias de hoy. Estamos preparados para seguir buscando soluciones creativas, en el marco del protocolo, en el interés de todas las comunidades de Irlanda del Norte. Sin embargo, no acordaremos renegociar el protocolo", ha dicho Seferovic.
En una declaración ante los Lores, Frost ha apuntado que de momento ambas partes deberían acordar un "parón" para negociar cómo resolver las cuestiones que plantea ese mecanismo, durante el cual se seguiría aplicando el "periodo de gracia" para el comienzo de los controles aduaneros a las mercancías entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Reino Unido quiere "un nuevo equilibrio"
"Hemos concluido que ahora no es el momento adecuado de activar el artículo 16" del protocolo, que permite suspender unilateralmente su aplicación, según apunta Frost, quien agrega, no obstante, que las actuales circunstancias "justificarían" la activación de ese artículo por parte de este país.
El político cree que la situación "no puede continuar así" y que el mecanismo genera "cargas considerables" para Irlanda del Norte. Por ello, afirmó que ambas partes necesitan hallar ahora "un nuevo equilibrio" que busque permitir que los productos que se adhieran tanto a los estándares del Reino Unido como del bloque comunitario puedan circular en Irlanda del Norte.
"Y es un equilibrio que necesita normalizar las bases de gobernanza del protocolo, de forma que la relación entre nosotros y la UE ya no esté dirigida por instituciones de la UE y la Corte Europea de Justicia", ha dicho.
El polémico mecanismo mantiene a la provincia británica en el mercado único europeo para bienes a fin de evitar una frontera física con la vecina República de Irlanda -miembro de la UE-, pero impone a cambio controles fronterizos entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, que han generado fricciones económicas y tensiones políticas en la zona.