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La pandemia dispara la ansiedad, la depresión y las ideas suicidas en niños

RTVE.es / AGENCIAS
5 min.

El Teléfono ANAR de atención a menores muestra en su radiografía anual un incremento de los problemas psicológicos en los niños en 2020: durante el confinamiento la ideación suicida subió un 244,1 %, la ansiedad el 280,6 %, la baja autoestima el 212,3 % y la depresión/tristeza el 87,7 %.

Además, los trastornos de alimentación aumentaron un 826,3 % coincidiendo con las primeras salidas de los domicilios y tras la vuelta al colegio se incrementaron las autolesiones el 246,2 %, la agresividad el 124,5 % y el duelo un 24,5 %. Y las principales llamadas de auxilio fueron por maltrato físico, que aumentaron también durante el confinamiento.

Son datos del "Informe anual ANAR 2020: el Teléfono/Chat ANAR en tiempos de COVID-19" hecho público por la organización de atención a la infancia y que alerta de las secuelas que ha dejado la pandemia en la salud mental de los menores, que "ha alterado y agravado" las problemáticas que les afectan.

El maltrato físico, una llamada de auxilio

La Fundación ANAR registró además un aumento de llamadas por maltrato físico en el teléfono de ayuda a los menores durante el confinamiento que se ha mantenido a lo largo de 2020, un periodo marcado por la pandemia en la que se han disparado problemas psicológicos como depresión o ideas suicidas en los niños.

"Se han recrudecido los problemas de los niños, que duran más de un año en el 51 % de los casos, en 2019 era del 45 %, vemos una prolongación del sufrimiento en los menores, pero también han crecido las circunstancias de máxima gravedad de manera significativa", ha alertado Benjamín Ballesteros, director de Programas de Fundación ANAR. La organización atendió 166.433 peticiones de ayuda de toda España, de los que 11.761 eran casos graves.

El principal motivo de llamada de auxilio de los niños fue por violencia -el 52 % de los casos-, ante el aumento sobre todo del maltrato físico durante el confinamiento domiciliario.

"El motivo más grave y que más ha crecido es el maltrato físico, hemos pasado de este año del 13 % de casos al 15,8 de situaciones de violencia física que estaban viviendo los niños; pero durante la primera salida alcanza el 19 %", ha alertado Ballesteros. A su juicio, este aumento tiene que ver "con la presión laboral que sufren los padres, el miedo al covid, la presión de estar metido en casa y cuando empiezan las primeras salidas de los adolescentes provoca esa frustración que se torna en violencia contra los menores", que meses después se mantiene.

Incremento de problemas asociados a la tecnología

El informe también detecta un incremento de los problemas asociados a la tecnología, que pasaron de un 23,2 % en 2019 a un 29,9 %, afectando a casos de "grooming", ciberacoso, violencia de género, pornografía/prostitución infantil, trastornos de la alimentación, autolesiones, ideaciones e intentos de suicidio y otros problemas psicológicos.

Durante el confinamiento y las primeras salidas despuntaron las dificultades relativas a separación, custodia y régimen de visitas (confinamiento: subieron el 42,3%; primeras salidas: el 51,9 %) y las consultas relativas a ayudas sociales y pobreza infantil, que alcanzaron la diferencia más aguda en el confinamiento (más el 307,2 %), sumando un total de 139 casos atendidos.

En general, la radiografía de 2020 señala la gravedad de los casos reflejada en el elevado número de intervenciones de emergencia: 2.277 a lo largo de todo el año, con una media de seis diarias.

"Esto supone un incremento de los casos de urgencia alta (39,1 %) y de máxima gravedad (55,6 %)" con respecto al año anterior, concreta. El estudio confirma una mayor duración de los problemas, ya que el confinamiento y el aislamiento han provocado que se cronifiquen muchos de ellos: la mitad de los casos suceden desde hace más de un año.

'Cóctel molotov' en los hogares

Para Ballesteros, "la pandemia ha generado un 'cóctel molotov' en los hogares que explica el incremento de los problemas graves en niños: el confinamiento del núcleo familiar en un espacio pequeño, la presión en las familias por el trabajo o por problemas económicos o la ausencia de otros lugares protectores como el colegio o el médico". "A ello se han sumado el miedo por la pandemia y el duelo por seres queridos en muchos casos", asevera.

La directora del Teléfono ANAR, Diana Díaz, considera que "las consecuencias del COVID han generado en los menores una gran frustración por la indefensión y desesperación que explican el porqué de que muchos adolescentes hayan aumentado sus ideaciones y tentativas de suicidio durante el confinamiento".

"Han utilizado mecanismos de autorregulación emocional dañinos con el fin de lograr la reducción de su ansiedad, como las autolesiones con la vuelta al cole o los mecanismos de compensación propios de los trastornos de alimentación, que se han disparado coincidiendo con las primeras salidas", ha advertido.

Tras estas cifras, la Fundación ANAR hace una serie de recomendaciones para poderes públicos, familias y menores "ante la necesidad de actuar por la gravedad de estas tendencias".

Entre ellas, incorporar un mayor número de profesionales en el área de salud mental; la declaración como servicios esenciales a los destinados a prevención, protección y asistencia de los menores frente a la violencia, o la agilización en la creación de los Juzgados especializados en infancia y familia que prevé la ley de protección a la infancia frente a la violencia, que entró en vigor el pasado 25 de junio.

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