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El turismo busca asideros para salir a flote tras el gran hundimiento pandémico

DANIEL FLORES / DatosRTVE
8 min.

El turismo, uno de los motores básicos de la economía española, busca estos días asideros para salir a flote tras el inusitado derrumbe provocado por la pandemia de coronavirus: España, que acumulaba un récord tras otro de viajeros internacionales, se quedó de pronto vacía de turistas y, más de un año después, aún no ha conseguido recuperarlos, aunque se atisban signos esperanzadores en el ritmo de vacunación y en la progresiva reapertura de las fronteras a los viajeros.

El sector es esencial para la economía española: en 2019, antes de que la COVID-19 volteara el mundo, supuso el 12,4 % del producto interior bruto, lo que equivale a casi 155.000 millones de euros, y el 12,9 % del empleo, con más de 2,72 millones de puestos de trabajo, según los datos de la Cuenta Satélite del Turismo que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Con la misma metodología, la patronal Exceltur estima que en 2020 se desplomó un 69 %, al perder 106.000 millones de euros, de forma que el año pasado apenas aportó el 4,3 % del PIB. Un hundimiento sin precedentes que, con las restricciones contra el coronavirus aún vigentes durante buena parte de la primavera, no ha empezado siquiera a corregirse.

Las esperanzas del sector, que estos días se reúne en Fitur, la mayor feria especializada del mundo, para intentar coger impulso, están puestas en el avance de la vacunación y en la progresiva reapertura de las fronteras, para, al menos, comenzar a levantar el vuelo durante este verano. Sin embargo, los daños sufridos son de una magnitud nunca vista.

1. Los turistas se desvanecen: un 88 % menos desde que estalló la epidemia

España, la segunda potencia turística del planeta, solo superada en número de visitantes anuales por Francia, acumulaba siete años consecutivos marcando récord de llegada de viajeros. El último de esos récords se certificó justo cuando el coronavirus empezaba a ensombrecer el horizonte: en febrero del año pasado se cerró el recuento oficial de 2019, que se saldó con 83,7 millones de visitantes internacionales.

Desde tal altura, el desplome posterior no tiene precedentes: si entre abril de 2019 y marzo de 2020 se contabilizaron casi 80 millones de viajeros, en los doce meses siguientes, ya con la epidemia extendida, apenas se superaron los 9,5 millones, según los datos que el INE recoge en la Encuesta de Movimientos Turísticos en Frontera (Frontur). En otras palabras, en un año de pandemia se han esfumado más de 70 millones de viajeros, un 88 %.

El impacto sobre los ingresos ha sido y es todavía durísimo: según la Encuesta de Gasto Turístico (Egatur) del INE, si en 2019 los turistas internacionales se gastaron en España casi 92.000 millones de euros, en 2020 apenas dejaron en el país 19.270 millones, un 78,5 % menos. Y en los tres primeros meses de 2021 suman solo 1.286 millones, incluso menos que el año pasado.

2. Los españoles también se quedaron en casa

A la ausencia de turistas extranjeros se unió que los españoles tampoco viajaron como solían: las restricciones a la movilidad -dos meses de confinamiento estricto en primavera y la imposibilidad de viajar en regiones en los meses finales del año- y la prudencia de buena parte de los ciudadanos para evitar contagios redujeron también drásticamente el turismo nacional.

Así, según la Encuesta de Turismo de Residentes, el número de viajes pasó de casi 194 millones en 2019 a apenas 101,5 millones en 2020, lo que representa un 47,6 % menos. Se viajó menos y se pasaron menos noches fuera de casa, ya que las pernoctaciones bajaron de 79,4 millones a 49,3 millones, un 37,9 % menos. La consecuencia fue que los españoles disminuyeron su gasto en viajes a menos de la mitad de un año para otro: de los más de 48.000 millones de 2019 se pasó a poco más de 21.000 millones en 2020.

Sin turistas internacionales y con los españoles viajando la mitad, el resultado es que el empleo turístico se ha hundido, con poco más de dos millones de afiliados en la Seguridad Social, cuando en el verano de 2019 se marcó un récord de 2,6 millones. Desde febrero del año pasado, cuando se desató la epidemia, se han perdido más de 361.000 puestos de trabajo, según los datos a cierre de abril. Y casi el 60 % de los 743.583 trabajadores que en marzo estaban en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) eran del sector turístico.

3. Objetivo para 2021: alcanzar los 45 millones de visitantes extranjeros

Este paisaje ruinoso es el que el sector quiere empezar a revertir desde la celebración de Fitur, que se pretende sea escaparate y punto de partida de la recuperación. El Gobierno ha estimado que a lo largo de 2021 España puede recibir 45 millones de visitantes extranjeros, todavía lejos de los más de 80 millones que acogió en los años previos a la pandemia, pero el doble de los que vinieron en 2020, un balón de oxígeno imprescindible para mantener el tejido empresarial y el empleo.

El primer paso sería recuperar los mercados tradicionales y el más jugoso de todos es el de Reino Unido: en los tres años anteriores a la pandemia, más de 18 millones de británicos visitaron España, mientras que en 2020 apenas fueron 3,5 millones. De ahí que sea uno de los diez países a los que el Ejecutivo levantará las restricciones de entrada desde el 24 de mayo, al considerarlos países seguros: "Desde el próximo lunes, España estará encantada, encantadísima, de acoger a todos los turistas británicos sin restricciones y sin requisitos sanitarios", recalcaba este viernes el presidente, Pedro Sánchez, en Fitur.

La segunda medida que Sánchez anunció en la feria de Madrid es que, a partir del 7 de junio, España permitirá la entrada de viajeros procedentes de cualquier país siempre que acrediten haber recibido la pauta completa de una vacuna contra el coronavirus reconocida por la Organización Mundial de la Salud o la Agencia Europea del Medicamento. Porque la gran esperanza es que el avance de las vacunas anime a la gente a viajar a España.

4. Con la vista puesta en Europa

Especialmente, desde los países vecinos de Europa: por detrás de Reino Unido -que aporta uno de cada cinco visitantes- y exceptuando a Estados Unidos -el sexto mercado para España-, los principales emisores de turistas son Francia, Alemania, el conjunto de los países nórdicos, Italia, Países Bajos, Portugal, Bélgica e Irlanda. En 2019, aportaron en total 43 millones de visitantes, más de la mitad de todos los viajeros internacionales que llegaron a España.

La distribución de esos visitantes no es homogénea: los británicos predominan en la costa mediterránea y en Canarias; los franceses son mayoritarios en Cataluña y el interior; Extremadura y Galicia reciben a numerosos portugueses; Baleares es terreno alemán; y en Madrid, el principal mercado son los estadounidenses.

Para facilitar que los viajes vuelvan a tomar impulso, las autoridades de la Unión Europea están ultimando el certificado verde, más conocido como 'pasaporte COVID', que franqueará el paso a quienes estén inmunizados contra la enfermedad, ya sea porque han sido completamente vacunados o porque han superado la infección. Primero entre los países europeos y, más adelante, con los países terceros considerados seguros, como ya planea hacer España.

5. Pruebas diagnósticas y cuarentenas a la espera del ‘pasaporte COVID’

Por el momento, y mientras se cierran los últimos flecos de ese certificado verde europeo, los viajes en el interior de Europa aún presentan notables trabas para los turistas, que deben presentar pruebas diagnósticas que descarten que estén contagiados con el SARS-CoV-2 para entrar en todos los países y, en muchos de ellos, deben además someterse a períodos de cuarentena.

Es importante tener en cuenta que los requisitos que exige cada país pueden variar en función de las clasificaciones de riesgo que establecen los distintos gobiernos europeos y que pueden discriminar por países o por regiones en función de la incidencia del coronavirus, por lo que los españoles procedentes de unas comunidades con una baja incidencia pueden tener menos trabas que aquellos que viajen desde regiones con una incidencia mayor.

6. Postdata: situación epidemiológica España

En cualquier caso, tal como está demostrando Fitur, la recuperación del turismo pasa, sin duda, por aparecer a ojos de los posibles viajeros como un destino seguro. En este sentido, España cierra esta semana en riesgo medio, según el semáforo del Ministerio de Sanidad por cada 100.000 habitantes, 26 menos que siete días antes, esto es, un 16 % menos, y ya por debajo del umbral de 150 que marca el riesgo alto. Además, ninguna región está ya en riesgo extremo, esto es, por encima de los 250 casos.

Aunque el final del estado de alarma y la relajación de las restricciones que conllevó aún no se reflejan en los datos de evolución de la pandemia y ppodrían provocar un repunte en las próximas semanas, por ahora la tendencia es claramente descendente en todas las magnitudes y, sobre todo, en el número de fallecidos: este jueves se contabilizaban 33 muertes por COVID-19 y el viernes, apenas 19 decesos, lo que supone regresar a cifras de finales de agosto del año pasado, antes de que se levantaran la segunda y la tercera oleada de la pandemia. Un indicio esperanzador que se une al buen ritmo de vacunación, lo que acerca la ansiada inmunidad de grupo.

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