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Menos muertes de mayores, más contagios de jóvenes: así cambia el perfil de las víctimas del coronavirus

JAIME GUTIÉRREZ / JOSE Á. CARPIO / PAULA GUISADO / DatosRTVE
5 min.

Entre abril del año pasado y enero, las muertes con COVID-19 de mayores de 80 años supusieron cada mes al menos el 63 % de los fallecidos en España. La desproporción es evidente: este grupo representa el 6 % de la población española.

Tres meses después de que comenzara la vacunación, prácticamente todos los mayores de 80 años han recibido al menos una dosis.Más de la mitad ha recibido las dos. Y el efecto parece que empieza a notarse.

En marzo, las muertes de los mayores de 80 años supusieron en torno al 50 %, el porcentaje más bajo en un año de pandemia. Bajan también sus hospitalizaciones y sus contagios. Como contraparte, los de los jóvenes aumentan. Y no solo en proporción, sino también en número.

1. Las muertes

Los mayores han sido desde el principio los más vulnerables a la enfermedad de la COVID-19. Las restricciones y esfuerzos durante la pandemia -incluida la vacunación- se han encaminado a protegerles. Un año después, los datos dan esperanzas.

"Está habiendo un cambio en las edades promedio de los contagios, las hospitalizaciones y los fallecimientos", explica el epidemiólogo Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los gráficos de la evolución de los fallecimientos por grupo de edad dan muestra de los cambios en el último año. Y aunque ya se notan las tendencias descendentes, López Acuña señala que el descenso de los fallecimientos y las hospitalizaciones se verá más claramente en el grupo de mayores de 80 años cuando termine su inmunización. "Con las residencias ya lo hemos logrado. Con los mayores de 80 estamos a medio camino".

2. Los ingresos en planta y UCI

En los ingresos hospitalarios, la distribución por edad también varía con el tiempo, como se puede ver en el gráfico.

¿Y en los ingresos en UCI? "Es de esperar que el efecto no se vea todavía, porque a los principales ingresados en estas unidades, las personas de entre 60-80 años, los están empezando a vacunar masivamente ahora", razona Saúl Ares, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC. "Hasta ahora lo notábamos [la vacunación] sobre todo en la mortalidad de los más mayores. Pero vamos a ir teniendo a grupos clave más inmunizados y se rebajará la presión hospitalaria", afirma.

Efectivamente, los mayores de 80 años representan una proporción pequeña de la ocupación COVID de las UCI: en los últimos seis meses, nunca han supuesto más del 10% del total de ingresos en un mes, en buena medida porque no son ingresados en una unidad de cuidados intensivos.

Así, el descenso en la mortalidad de los más vulnerables no está mejorando aún la situación en los hospitales, que no han tenido tiempo de aliviar la saturación de la tercera ola y notan ya la presión de esta, especialmente en las UCI. "Cuando las oleadas están juntas, no nos da tiempo a dar altas", lamentaba esta semana el presidente de la Asociación de Medicina Intensiva de la Comunidad de Madrid, Alfonso Canabal, en conversación con DatosRTVE.

Junto a ese descenso considerable de los fallecimientos y las hospitalizaciones de los mayores de 80 años, Ricard Ferrer, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, apunta también a un cambio de perfil del paciente grave a raíz de la vacunación. "Ahora nos concentramos en pacientes más jóvenes, con COVID muy grave", afirma.

3. Los casos

Los positivos aumentan estos días para todos los grupos de edad excepto los mayores de 80 años. La incidencia es más alta para los jóvenes, aunque la subida es paralela desde los 20 hasta lo 70 años. El único grupo que de momento está plano, y que además tiene la incidencia más baja, es el de los mayores de 80; de nuevo, los más vacunados.

Pero hay más. "No es sólo que la proporción de jóvenes sea mayor, sino que el número absoluto también crece. Sube en términos de riesgo por cada 100.00 personas dentro de ese grupo de edad, y eso lo que nos indica es que esos jóvenes se están contagiando más", destaca López Acuña. Para el epidemiólogo, esto puede tener dos explicaciones. Por un lado, la variante británica, mucho más presente ahora en todo el territorio, tiene una penetración mayor y con más severidad en jóvenes que la cepa de Wuhan. Y por otro, las conductas de riesgo que están favoreciendo esa transmisión. "Eso nos debe preocupar", subraya.

4. Incidencia en ascenso: ¿qué altura alcanzará la cuarta ola?

Hace un mes, el 16 de marzo, la curva de la incidencia acumulada comenzó a crecer de nuevo. De los 127 casos por cada 100.000 habitantes en las jornadas previas al puente de San José se ha pasado a los 213 casos del 16 de abril. En lo que va de mes se han notificado 115.889 casos nuevos de coronavirus, un 45 % más de los que Sanidad registró en todo el mes de marzo.

La situación varía mucho entre comunidades: de los 36 casos de la Comunidad Valenciana a los 443 en Navarra -Ceuta y Melilla tienen incidencias aún mayores-. Y suben preocupantemente regiones que ya están en riesgo extremo (Navarra, País Vasco, Madrid) y otras que se acercan (Aragón y Andalucía).

Sin embargo, Saúl Ares cree que el repunte será menor que la tercera ola, y apunta a la variable meteorológica: “Al mejorar el tiempo se hace más vida en exteriores, que es menos peligroso”. Pero también señala el valor de la experiencia: las lecciones aprendidas desde Navidad. “Si tuviera que apostar, lo haría a que habrá una olita, pero no un tsunami como hubo en navidades”.

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