Los israelíes vuelven este martes a las urnas. Son las cuartas elecciones celebradas en el país en dos años y más de 6,5 millones de personas están llamadas a votar para poner fin al bloque político, en un momento en el que Israel lidera la vacunación mundial contra la COVID-19.
El Likud, del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, es el favorito en las encuestas y su principal rival es el candidato centrista Yair Lapid, con una estimación de entre 16 y 19 escaños, que necesitaría sumar el resto de listas que se presentan para desbancar a Netanyahu.
"Nación de vacunación"
“Volver a la vida”. Es el lema del Likud de Benjamín Netanyahu para estas elecciones legislativas en Israel. Un lema que ha tumbado el comité electoral al ser un calco del utilizado por su gobierno para incentivar la vacunación contra el coronavirus. Ahora el lema es “Nación de vacunación”, dejando claro que estos comicios son un plebiscito a la gestión de la pandemia, de la que saca pecho el primer ministro israelí. “Estamos saliendo de ella. Nos quedan unos cientos de miles más y habrá terminado”, decía hace unos días refiriéndose a lo que queda para alcanzar la soñada inmunidad de rebaño, el objetivo final tras vacunar a millones de personas.
Las vacunas están doblegando al coronavirus, pero se teme el efecto de nuevas variantes. Y aunque cada día sigue habiendo algo más de mil casos positivos, el país ha dejado atrás un año para olvidar, en el que ha habido tres confinamientos estrictos, y luces y sombras en las respectivas desescaladas.
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Hoy se respira cierta normalidad; reabiertos los negocios, el sistema educativo, los gimnasios, los teatros, los cines e incluso el aeropuerto internacional de Ben Gurión, aunque todavía no se permite la llegada de turistas. Para casi todo es necesario tener el 'pase verde' o certificado de vacunación, el salvoconducto para disfrutar de nuevo del ocio y que no está exento de polémica. Hay trabajadores que denuncian que sus empleadores les están exigiendo vacunarse para mantener el puesto de trabajo.
¿El fin de la era Netanyahu?
Polémicas aparte, Netanyahu ha apostado todo a su gestión de la crisis sanitaria. Esta vez no tiene el apoyo incondicional de Donald Trump y sus anuncios de última hora respecto al conflicto con los palestinos. Amortizados parecen también los acuerdos con países árabes.
Bibi, como le conocen popularmente, lleva 14 años en el poder gracias a su capacidad negociadora y a una base incondicional de votantes. Las encuestas le siguen dando vencedor, pero sin mayoría suficiente. Una vez más serán necesarias las alianzas para formar gobierno, pero esta vez no está claro que sus aliados tradicionales le respalden.
Algunos de sus antiguos colaboradores parecen haber dicho basta. Concurren a las elecciones con nuevos partidos y están dispuestos a establecer un bloque alternativo. Gideon Saar y Naftali Bennett fueron ministros con él y consideran que ha llegado la hora de poner el punto y final a la era Netanyahu.
Podrían unirse al centrista y antiguo periodista Yair Lapid, que va segundo en las encuestas, y que lleva años intentando hacer caer al todavía primer ministro. Aun así necesitarán el respaldo de varios partidos minoritarios. En definitiva, una amalgama de formaciones con proyectos e ideologías antagónicas a las que les une el deseo de un cambio en el país. Argumentan que Netanyahu ha polarizado como nadie a los israelíes y añaden que no puede seguir ejerciendo el poder quien se sienta en el banquillo, acusado de corrupción.
A sus 71 años, Benjamín Netanyahu se presenta como el único capaz de liderar el país y nadie se atreve a subestimar su capacidad de negociación, que en Israel es sinónimo de supervivencia. Son las cuartas elecciones en apenas dos años y nadie descarta que haya unas quintas.