Un joven repasa sus apuntes bajo la luz de una farola, sentado en un portal y esperando a que le soliciten un pedido a domicilio. Esa foto realizada por un policía local se hizo viral por mostrar que también hay jóvenes responsables, un sector de la sociedad estigmatizado en los últimos meses por quienes se saltan las restricciones sanitarias para organizar fiestas ilegales o participan en actos vandálicos.
Carlos Alegre es un joven madrileño de 25 años, estudiante de la Escuela Mecánica de motos Andaluza (EMA Competición), que compagina sus estudios y prácticas en Málaga con el trabajo de repartidor de comida a domicilio. Él le quita importancia a la imagen y explica que "entre pedido y pedido, como te quedas parado sin hacer nada, pues lo que yo pienso que me va a ayudar más en un futuro es repasar los apuntes".
No se siente especial
Aunque la foto haya causado mucho revuelo en redes sociales y le ha presentado ante la sociedad como una especie de héroe que lucha por sus sueños, Carlos asegura que no es una excepción.
"Todos mis amigos trabajan y estudian. Son personas súper tranquilas que están en su casa y hacen lo que tienen que hacer. Se van a trabajar, vuelven y al día siguiente lo mismo porque tienen un objetivo determinado, hacer eso que aman", asegura.
El joven protagonista de la foto no tiene redes sociales y prefiere pasar desapercibido, pero su historia ha hecho que varias personas se hayan puesto en contacto con él para ofrecerle una beca y ayudarle así a cumplir su sueño.
Sus ojos se iluminan delante de una moto
"Todo lo que tenga que ver con las motos me encantaría y si es orientado a la competición me llamaría más la atención porque es ya lo extremo", así explica Carlos sus intenciones de futuro.
Un futuro que parece aclararse gracias al poder que alcanza una imagen cuando se comparte entre la sociedad y consigue impactar a las personas.