Más de un millar de catalanes han denunciado ante el Defensor del Pueblo que, después de meses de haber respetado duras restricciones, la administración pública les obliga ahora a incumplirlas: han sido convocados para estar en las mesas electorales el próximo 14-F
Este es el caso de más de 82.000 personas que han recibido la convocatoria para ir a las mesas electorales. De esa gente, más de mil han denunciado que no quieren hacer de presidente, vocal o suplente en las mesas porque tienen miedo de poner en peligro su propia salud o la de sus familiares.
Así nos lo han contado en el ‘La Hora de la 1’, donde se han hecho eco de varios testimonios como el de Patricia, una mujer que vive con sus padres, ambos con serias patologías, y la que afirma que “nadie le asegura ni su seguridad, ni la de los suyos”.
No acudir a la convocatoria puede acarrear penas de cárcel o una multa de 1800 euros
El Gobierno catalán ha reconocido que cada vez hay más personas que piden informes médicos para no tener que ir a la mesa electoral. Pero, no acudir a la convocatoria puede acarrear penas de cárcel de tres meses a un año o una multa de 1800 euros.
Patricia como muchos otros afrontan la situación con miedo e incertidumbre. Los ciudadanos convocados a las mesas tendrán que estar, recibir a positivos y contactos estrechos de coronavirus.
“No sabemos ponernos un EPI y hacerlo mal es incluso más peligroso que el virus”
Patricia explica que les harán un test al empezar, pero no al finalizar. Afirma que irán personas aisladas, contagiadas, etc. Y que para asegurar su protección lo que harán es darles equipamientos de protección (EPI) pero, según ella “nadie les va a explicar cómo ponérselo o quitárselo y hacerlo mal es incluso más peligroso que el propio virus”
Han consensuado un texto para el Sindic de Greuges donde dicen sentirse "desamparados por la Administración Pública a la hora de defender el derecho a la salud". En contexto Patricia pide que se le exima del derecho a tener que ir por vivir con personas de riesgo, y si no pudiera ser, que fuera alguien a explicarles cómo actuar de forma adecuada, hacerles un test posterior para su tranquilidad y aumentar las medidas de seguridad. Hasta ahora la mujer no duerme, pues “le da miedo estar expuesta 12-14 horas”
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