El tribunal penal londinense de Old Bailey ha condenado este viernes a cuatro hombres a largas condenas de prisión por el homicidio de 39 vietnamitas, entre ellos hombres, mujeres y niños, que murieron en 2019 en el interior de un camión frigorífico en el que intentaban llegar hasta Reino Unido.
Los cabecillas de la banda rumano-irlandesa de tráfico de personas han sido condenados a entre 13 y 27 años de cárcel, poniendo fin a uno de los episodios más trágicos de la crisis migratoria.
Los inmigrantes murieron asfixiados a finales de 2019 tras pasar horas hacinados en el camión mientras eran transportados desde Francia. El vehículo fue abandonado en un polígono industrial en la localidad de Grays, en Essex.
Penas de hasta 27 años
La mayor pena ha sido para el británico Gheorghe Nica, considerado el jefe de la red, que ha sido sentenciado a 27 años de prisión, mientras el norirlandés Ronan Hughes, propietario de una empresa logística que participó en la trama, ha recibido una condena de 20 años. Ambos se declararon culpables el año pasado de 39 cargos de homicidio involuntario y conspiración para traer a personas al país de forma ilegal.
En un camión frigorífico han aparecido esta madrugada los cuerpos sin vida de 39 personas. 38 adultos y un adolescente cuyo origen e identidad investiga ahora la policía británica. El vehículo fue abandonado en un polígono industrial del condado de Essex, al este de Londres, muy cerca de la localidad de Grays junto al estuario del Támesis. Su conductor, un hombre de 25 años de origen norirlandés, está detenido y acusado de causar la muerte de todas esas personas.
El camionero norirlandés que recogió el contenedor con los 39 inmigrantes en el puerto de Essex, Maurice Robinson, quien también se declaró culpable de homicidio involuntario y contrabando de personas, ha sido condenado a más de 13 años de cárcel. Por su parte, Eamonn Harrison, responsable de conducir el camión desde el norte de Francia, ha recibido una sentencia de 18 años de prisión.
Robinson confirmó haber recibido alrededor de 30.000 euros en efectivo para transportar a los 39 vietnamitas y Hughes le pidió que abriera el remolque del camión para dar aire a los migrantes, pero descubrió que estaban todos muertos. Después de 20 minutos decidió llamar a los servicios de emergencia.
"No tengo ninguna duda de que, como afirmó la Fiscalía, la conspiración fue sofisticada, de larga duración y rentable a la hora de traer de contrabando a estas personas vietnamitas, cuyas muertes fueron terriblemente lentas", ha dictaminado el juez responsable de la sentencia, Nigel Sweeney.
Sin oxígeno y a 39ºC
Los migrantes (28 hombres, ocho mujeres y tres niños) murieron asfixiados en el interior del camión frigorífico. Algunos de ellos mandaron mensajes de despedida a su familia, en un ambiente sin oxígeno y con temperaturas de casi 39ºC.
La mayoría de ellos eran recolectores de arroz en su provincia natal, Nghe An, convertida en un centro de tráfico de personas en Vietnam, después de que hace dos años fuera escenario de uno de los mayores desastres medioambientales de la historia del país provocado por la metalúrgica taiwanesa Formosa Plastics, con un vertido que contaminó las aguas de la zona y acabó con la pesca.