Tras 47 años de pertenencia a la UE y 10 meses de negociaciones para abandonarla, Reino Unido y la Comisión Europea han llegado a un acuerdo para el Brexit que regulará su relación a partir del 31 de enero.
El acuerdo "consigue algo que la gente de este país sabía instintivamente que era factible, pero que se les dijo que era imposible. Hemos recuperado el control de nuestras leyes y nuestro destino", ha asegurado el primer ministro británico Boris Johnson en rueda de prensa tras conocerse el acuerdo. El acuerdo comercial será como el que la Unión Europea mantiene como Canadá y permitirá a Reino Unido "crear más puestos de trabajo", según ha dicho Johnson, visiblemente satisfecho.
"La relación que teníamos hasta ahora con la Unión Europea ha terminado. Somos un país soberano", ha afirmado el líder británico, pero también ha mostrado una actitud conciliadora hacia el continente tras meses de ataques y negociaciones. "Somos amigos, aliados, nos apoyamos. Somos el mercado principal de la Unión Europea, no somos parte de ella, pero este país va a seguir unido culturalmente, emocionalmente, históricamente, estratégicamente y geológicamente a Europa", ha subrayado.
Previamente, había celebrado el acuerdo con la Unión Europea en redes sociales.
"Reino Unido es y seguirá siendo una potencia europea"
Boris Johnson ha hecho hincapié en que Reino Unido será "independiente", pero también en que el país "es, debe ser y seguirá siendo una potencia europea". El comercio será libre y sin aranceles entre el continente y las islas británicas y Johnson se ha congratulado de que además de negociar con sus socios europeos, podrá "llegar a acuerdos independientes" con terceros países.
El primer ministro ha explicado que es el mayor acuerdo comercial que firma su país, con un valor de 668.000 millones de libras (742.000 millones de euros). La pesca en aguas nacionales británicas era el último escollo en una larga y ardua negociación, pero finalmente se ha llegado a un acuerdo en este sentido. "Tenemos control absoluto de nuestras aguas nacionales", ha manifestado el premier británico, y ha explicado que Reino Unido podrá acceder a dos tercios de la cuota pesquera, frente al 50% que tenía actualmente.
Johnson celebra el acuerdo comercial con la UE: "Hemos recuperado el control de nuestro destino"
El acuerdo comercial "permitirá proteger los puestos de trabajo, el tráfico y transporte de bienes sin aranceles, sin cuotas en el mercado europeo y que permitirá a nuestras empresas seguir trabajando con sus amigos europeos", ha afirmado Johnson.
"Conseguir la libertad es algo maravilloso, pero cómo aprovechemos esta libertad es lo que marcará la diferencia en los próximos años. Crearemos una relación estable y próspera para ambas partes", ha señalado.
Los laboristas apoyarán el acuerdo en el Parlamento británico
El acuerdo del Brexit llegará al Parlamento británico el próximo 30 de diciembre y Boris Johnson ya se ha asegurado el apoyo del principal partido de la oposición, el laborista. Su líder, Keir Starmer, ha asegurado en una rueda de prensa que votará a favor del acuerdo comercial. "El pueblo británico nunca podrá perdonar que permitamos una salida sin acuerdo", ha afirmado.
Sin embargo, no ha ahorrado críticas al primer ministro, sobre quien ha señalado que "ya no puede echar la culpa a nadie más". "La responsabilidad del acuerdo es plenamente de Downing Street", ha apuntado Starmer.
El líder laborista ha aprovechado para presentarse como alternativa al actual Gobierno conservador. "Nuestro país puede aspirar a un futuro mejor", ha lanzado.
Nigel Farage califica de "victoria" el acuerdo
Las reacciones en el espectro político británico no han tardado en producirse, a pesar de que tantos los actores políticos como la opinión pública tardarán en desentrañar un texto complejo, con más de 2.000 páginas.
Nigel Farage, líder del Brexit Party y uno de los artífices de la victoria del "sí" en el referéndum de 2016 ha asegurado que el acuerdo es "un gran momento" y una "victoria" que supone un tributo a la gente ordinaria "que se ha enfrentado al establishment de Westminster y ha ganado".
Además de Farage, la opinión que más importa a Johnson es la de sus propias filas, el Partido Conservador, en especial de los diputados más euroescépticos. El European Research Group, el foro que les agrupa, ha prometido examinar el acuerdo tan rápido como sea posible para dar a conocer su opinión antes de que el Parlamento de Westminster tenga que manifestarse. Varios medios británicos especulan con que su opinión será crítica en cualquier caso, ya que muchos eran partidarios de un Brexit duro.
Los partidarios de la permanencia insisten en que habrá costes
Entre los partidos y líderes políticos que pidieron la permanencia en la Unión, la mera existencia de un acuerdo que aleja la perspectiva de un Brexit duro con imprevisibles consecuencias ya es positiva. Sin embargo, advierten que el Reino Unido tendrá que asumir los costes de la separación. No habrá un Brexit a coste cero, como prometió Johnson en 2016.
La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, una de las más destacadas remainers, insistía en redes sociales en que el Brexit ha tenido lugar contra la voluntad de Escocia, y ha aprovechado para reivindicar la independencia escocesa.
Liz Saville, portavoz parlamentaria de Plaid Cymru, partido nacionalista de Gales, ha considerado, incluso antes del anuncio oficial del acuerdo, que pese a dar "estabilidad", el acuerdo no cumple con lo prometido. "A Gales se le dijo que continuaría teniendo los mismos beneficios (...) y que nuestros agricultores podrían vender sus productos al resto de Europa como antes". "Habrá nuevos y significativos costes y una compleja burocracia", ha vaticinado.
Caroline Lucas, diputada del Partido Verde, ha lamentado que "en un momento de inseguridad global, ya no formamos parte de uno de los más grandes y nobles proyectos de la Historia: unir a las naciones para construir la paz a partir de las ruinas de la guerra".