La justicia francesa ha condenado a los 14 cómplices de los terroristas que en enero de 2015 asesinaron a 17 personas en los ataques contra la revista satírica Charlie Hebdo y el atentado en el supermercado judío a penas que van desde los cuatro años de cárcel hasta la cadena perpetua.
Las condenas más duras han sido para dos de los tres acusados que están en orden de busca y captura, Mohammed Belhoucine, presuntamente muerto en Siria y sentenciado a cadena perpetua; Hayat Boumedienne, viuda de uno de los autores de los atentados, y Ali Riza Polat, el único considerado cómplice directo y presente en el juicio, ambos condenados a 30 años de prisión.
La Fiscalía Nacional Antiterrorista había solicitado penas de entre cinco y 20 años para el resto de implicados, pero el Tribunal Penal Especial ha considerado que la participación de seis de los acusados presentes en una organización criminal de malhechores no tenía fines terroristas.
El juicio arrancó el 2 de septiembre y ha sentado en el banquillo a 11 de los 14 acusados de distintos grados de responsabilidad en el suministro de ayuda logística, financiera o material a los hermanos Saïd y Chérif Kouachi, responsables del ataque contra la revista, y a Amedy Coulibaly, autor de los otros dos atentados. Todos fueron abatidos por la policía.
Los tres días que mantuvieron en vilo a Francia
Los hechos ocurrieron entre el 7 y el 9 de enero en la capital francesa. El 7 de enero, los hermanos Kouachi se infiltraron en la redacción del semanario, amenazado desde 2006 por la publicación de caricaturas de Mahoma. Armados con dos fusiles de asalto, asesinaron a 12 personas, entre ellos cinco dibujantes, cuatro colaboradores, el guardaespaldas del director y el responsable de mantenimiento del edificio.
A su salida, mataron bajo el grito de "Alá es grande" al agente Ahmed Merabet. Los dos hermanos fueron abatidos el 9 de enero en una imprenta industrial en la que se habían atrincherado con un rehén.
El 8 de enero, la agente Clarisa Jean-Philippe fue asesinada a tiros por Amedy Coulibaly, que se dio a la fuga. Al día siguiente, el mismo terrorista, que aseguró estar vinculado con los hermanos Kouachi, retuvo a una decena de personas en el supermercado judío de Saint-Mandé y asesinó a cuatro de ellas. También fue abatido.
El presidente del tribunal ha considerado que los tres terroristas actuaron de forma "concertada y sincronizada" y se asociaron de forma "material y psicológica".
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Heridas sin cerrar en un proceso histórico
Más de cinco años después de la masacre, el primer proceso judicial por un atentado yihadista en el país ha reabierto las heridas en la sociedad francesa, testigo en los últimos meses de varios atentados yihadistas, incluido un intento contra la propia revista.
El histórico juicio había generado una enorme expectación por la complejidad del proceso: 141 tomos de procedimiento, 200 partes de la acusación particular, 94 abogados, 144 testigos y 70 medios acreditados. En el último mes, ha tenido que ser suspendido varias veces por la COVID-19. Sin embargo, no ha servido para despejar todas las incógnitas y la defensa de los condenados se ha quejado en estos tres meses de que sus clientes fueron vistos desde el principio como presuntos culpables.
Los supervivientes reviven la masacre del atentado contra 'Charlie Hebdo' en el juicio
Para el abogado de Charlie Hebdo, Richard Malka, la sentencia envía un mensaje a la sociedad: cometer actos de terrorismo siempre será penalizado. "Sin esa nebulosa de personas más o menos cercanas a los terroristas no hay atentado. Toda persona que participa en ella puede ser sancionada de forma muy severa", ha señalado al término de la sesión. También ha considerado que, aunque la decisión "no resucitará a nadie, puede que evite que se cometan otros atentados".
En un editorial, la revista señala que el caso se cierra, pero solo desde el punto de vista judicial, porque el horror no se borrará nunca. Y lo mismo ha señalado Michel Catalano, propietario de la imprenta en la que se atrincheraron los hermanos Kouachi: la sentencia servirá, al menos, "para poder pasar página".