Las autoridades italianas han desmantelado este miércoles una red mundial de pornografía infantil presente en varios países, entre ellos España o Colombia. Al menos 17 personas han sido detenidas y 432 sujetos han sido imputados por compartir este tipo de material ilegal por aplicaciones de mensajería.
La operación, bautizada como Luna Park, ha sido llevada a cabo por la Policía Postal de Milán, que ha identificado a 81 italianos en la ciudad. El dispositivo continúa en marcha y los arrestos siguen en curso, ya que algunos acusados todavía no han sido localizados, según han precisado a Efe fuentes policiales.
Los agentes han realizado más de 300 registros en 18 de las 20 regiones italianas desde la madrugada, lo que la convierte en una de las mayores operaciones policiales contra la pornografía infantil de los últimos años en Italia.
Difusión en Whasapp y Telegram
La red se extiende más allá del país: se ha identificado a 351 extranjeros que compartían y adquirían estos contenidos, procedentes de países como Colombia, Singapur o Filipinas. La Interpol ha emitido una orden de arresto internacional para estos individuos.
Uno de los detenidos es de España, uno de los primeros países en ejecutar la orden de detención. Todos están acusados de pertenencia a organización criminal por formar parte de 159 grupos de Whatsapp y Telegram en los que se compartían fotos y vídeos de abusos sexuales a menores, incluso a neonatos en algunos casos.
Además, se han requisado teléfonos, discos duros, memorias externas, ordenadores, cuentas de correo y de redes sociales con los que los detenidos llevaban a cabo las actividades delictivas, además de una gran cantidad de contenido pornográfico.
Una organización estructurada
La Policía italiana ha llevado a cabo esta investigación infiltrándose durante años en estos grupos y ha destacado "la transversalidad del delito", pues los acusados son muy diversos entre sí y de edades muy variadas, desde los 18 a los 71 años. Entre los miembros hay todo tipo de profesionales: obreros, estudiantes, jubilados, funcionarios, parados y empresarios.
Según ha trascendido, dos de los organizadores son un profesor universitario de Nápoles de 71 años y un parado veneciano de 20. Ambos difundían y gestionaban los grupos reclutando a nuevos miembros "de cualquier parte del mundo".
“Cada uno tenía que seguir las reglas para garantizar el anonimato y el secreto. Empleaban motes“
Los investigadores han identificado a los promotores, organizadores y participantes de estos grupos, "con roles y tareas bien defenidas".
Uno de los detalles llamativos del modus operandi de la red es que cada grupo tenía unas "normas severas de comportamiento dirigidas a mantener el anonimato" de los usuarios y su incumplimieno suponía la expulsión del miembro. "Había un promotor, un organizador y meros participantes. Cada uno tenía que seguir las reglas para garantizar el anonimato y el secreto. Empleaban motes", ha señalado el agente Nunzia Ciardi.