Decenas de encapuchados han protagonizado este sábado violentos incidentes en París, durante una nueva protesta contra la ley de Seguridad Global francés que ha derivado en enfrentamientos con las fuerzas del orden, el destrozo de escaparates, coches incendiados y barricadas en las calles de la capital francesa.
La policía ha respondido con el lanzamiento de proyectiles de gases lacrimógenos y más de veinte personas han sido detenidas, según ha confirmado el ministro del Interior galo, Gérald Darmanin, quien en su cuenta de Twitter ha hablado de "individuos muy violentos".
Miles de personas habían iniciado una marcha pacífica cuando estallaron los enfrentamientos entre la policía y algunos de los manifestantes, la mayoría de ellos vestidos de negro y con el rostro cubierto.
Los asistentes denunciaban la brutalidad policial en una nueva jornada de protestas en casi 90 ciudades del país contra la ley de seguridad del Gobierno francés, pese a que el Ejecutivo de Macron anunció esta semana su intención de reformar los aspectos más polémicos del proyecto.
Ya el pasado fin de semana algunas de estas movilizaciones acabaron con disturbios y enfrentamientos entre radicales y fuerzas del orden.
Rectificación del Gobierno
Los convocantes consideran que no es suficiente el anuncio del Gobierno de retirar el artículo 24 de su ley, que controlaba la grabación y difusión de imágenes de fuerzas del orden, lo que fue considerado como un ataque a la libertad de prensa y de expresión.
El Ejecutivo anunció el pasado miércoles que ese artículo será totalmente revisado y el presidente, Emmanuel Macron, aseguró este viernes que en su nueva formulación no estará prohibido grabar y difundir imágenes de policías y gendarmes.
Pero los convocantes mantienen la presión porque no se fían de la nueva redacción y exigen la retirada total de una ley que comienza su trámite parlamentario.
Macron reconoce actuaciones policiales violentas
Las manifestaciones se producen en un contexto creciente de crítica al presidente Macron por lo que se considera ataques a las libertades fundamentales, algo que negó en una entrevista con el medio digital Brut este viernes.
El presidente reconoció algunas actuaciones violentas de la policía que consideró "inadmisibles" y que, dijo, serán sancionadas, pero señaló que en su mayor parte las fuerzas del orden francesas actúan con mesura y dentro de las reglas deontológicas.
Macron admitió también actos racistas en la policía, sobre todo en los controles de identidad, que señaló que se centran más en personas que no son de piel blanca, una frase que le ha valido las críticas de los sindicatos policiales.